El candidato socialista francés no pierde oportunidad de criticar el pacto fiscal firmado en la cumbre europea del pasado viernes. Hoy ha reiterado en una entrevista a la cadena de televisión France 3 su intención de renegociarlo si llega al poder: «Si mañana soy presidente, hay una parte de ese acuerdo con la que nos podemos quedar, la disciplina, pero no aceptaremos sanciones que vayan contra los intereses del país, y en segundo lugar, pondremos crecimiento, actividad, grandes proyectos industriales, eurobonos».
Si Francia finalmente rechaza el tratado internacional de disciplina presupuestaria, instigado por Alemania, difícilmente saldrá adelante y más en las actuales circunstancias de recesión. De hecho, Hollande ha puesto el caso de España, al reconocer que no cumplirá los objetivos de déficit este año, como ejemplo de que sin crecimiento es imposible rebajar el déficit al ritmo que prevé la UE.
Las posiciones del candidato socialista, enfrentadas a las del gobierno de Merkel, hacen temer que toda la estructura anticrisis europea montada desde Berlín con el apoyo del conservador Sarkozy, se tambalee, si consigue llegar al Elíseo. La canciller alemana ya dio un apoyo explícito a Sarkozy el pasado 6 de febrero e incluso se mostró dispuesta a hacer campaña con él.
Ahora la revista Der Spiegel habla de una alianza europea contra Hollande. Cuenta que Merkel llegó a un acuerdo confidencial con el primer ministro italiano, Mario Monti, y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, al que se unió el premier británico, David Cameron, para no recibir a Hollande durante la campaña electoral francesa.
La propia revista dice que la intervención de un gobierno extranjero en la elección de un Estado soberano se considera un tabú, que Merkel habría roto, así que el desmentido ha sido casi instántaneo. «Cada jefe de gobierno decide independientemente si quiere recibir y cómo recibe a Hollande. En Alemania, por ahora no está prevista ninguna entrevista» con la jefa de gobierno Angela Merkel, ha dicho un portavoz del gobierno alemán.
Pero la difusión de ese supuesto boicoteo internacional a Hollande ya ha provocado alarma en la clase política alemana y el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, se ha apresurado a aclarar que, aunque no comparta posiciones con Hollade, debe quedar claro que el gobierno federal trabajará con cualquier presidente elegido en Francia.
El propio Hollande ya ha dicho sobre la supuesta alianza conservadora en su contra que «no son los líderes europeos, a los que respeto, los que deben pesar en la decisión del pueblo francés, que es el que decide».
A cincuenta días de los comicios, el candidato socialista sigue diendo el favorito. El último sondeo de LH2 Yahoo le da una intención de voto del 30,5% frente al 23% de Sarkozy.