La Unión Europea sufre su peor crisis humanitaria de los últimos 60 años. Esta es la conclusión del último informe presentado por la Federación Internacional de la Cruz Roja. La crisis económica está haciendo mella, cada vez más, en el conjunto de la población europea. Solo en 2012, 3,5 millones de personas recibieron ayuda humanitaria por parte de esta organización, lo que supone un aumento del 75% respecto a 2009.
Desde su sede en Ginebra, la Cruz Roja advierte de que «muchos países están todavía atrapados en la crisis, lo que derivará en un impacto humano que podría hacerse notar durante décadas».
El estudio recoge los datos de las 42 sociedades que conforman la Cruz Roja y la Media Luna Roja en 22 países europeos. A pesar de que algunos países, como España, Irlanda o Italia, están presentando tímidos síntomas de recuperación en sus maltrechas economías, cada día son más las personas que caen en la pobreza en el viejo continente.
La Cruz Roja avisa que se tardarán muchos años en volver a alcanzar los niveles mínimos de bienestar para casi la totalidad de países europeos, como a principios del año 2000, «millones de personas han caído en desgracia en los últimos cinco años y apreciamos una degradación progresiva de esta situación porque cada vez son más los no tienen ahorros ni posibilidad de hacer frente a gastos imprevistos», ha señalado el secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja, Bekele Geleta.
El informe pone de manifiesto una tendencia al alza de los llamados «trabajadores pobres». Se trata de gente con trabajo pero que no puede llegar a fin de mes y debe recurrir a familiares u organizaciones para poder alimentarse. Ningún país se salva de esta situación. En Francia, 350.000 personas han caído en la pobreza en los últimos tres años. También se ha triplicado la ayuda alimentaria a habitantes de Letonia, pese a que sus cifras macroeconómicas muestran una clara salida de la crisis, «todas nuestras sociedades nacionales han tenido que aumentar sus esfuerzos de asistencia doméstica, incluidas las de los países occidentales que tradicionalmente se centraban en prestar ayuda internacional», ha recordado Geleta.
Desde la Cruz Roja proponen a los diferentes gobiernos de los 28 Estados miembros que aumenten y no disminuyan las partidas económicas destinadas a ayudar a estas personas, así como que frenen los recortes en sanidad.
El coste para la sociedad a largo plazo, asegura, podría ser muy negativo. «Hemos notado un fuerte aumento de personas que vienen a nuestros centros de asistencia pidiendo medicamentos porque no se los pueden permitir», ha destacado