Europa ha dejado de dar tantas oportunidades de trabajo y calidad de vida como hace unos años y la repercusión sobre la inmigración ilegal es ya un hecho. La agencia europea de fronteras, Frontex, calcula que las entradas irregulares en la UE han bajado más del 23% en el primer semestre de 2010 con respecto a los datos del año pasado. Ahora han sido 40.977 personas y entonces fueron 53.674.
El director general de Frontex, Ilkka Laitinen, no lo duda: la crisis financiera y los cambios en el mercado de trabajo son razones fundamentales para el descenso de la inmigración ilegal en Europa. Los últimos indicadores van todos en esa dirección. En el segundo trimestre de 2010, las entradas ilegales registradas han bajado un 15%, las estancias ilegales, un 23%: y las peticiones de asilo, un 21%.
Durante este periodo, las fronteras greco-turcas se han convertido en el primer punto de entrada de la inmigración irregular en la UE. Sobre todo, son afganos o personas procedentes de Asia o del Magreb que dicen ser afganos. Según los datos que aporta Frontex, se está dando un desplazamiento rápido y brutal de las fronteras marítimas hacia la frontera terrestre greco-turca, en el norte del país. Frontex acaba de inaugurar una nueva sede en Atenas, que se encargará de la vigilancia de fronteras exteriores de Grecia, Italia, Malta y Chipre.
Otro dato relativo a España confirmaría esas observaciones. La Operación Indalo, que Frontex desarrolla en las costas de Almería, ha conseguido localizar en lo que va de año a 986 inmigrantes que pretendían entrar ilegalmente en España. Es un 50% menos respecto a 2009.