HMV lanzó a la fama a los Beatles hace 50 años, ahora uno de los iconos de la música, «La voz de su amo» no ha podido superar la crisis, y se declara en quiebra. Sus estrellas musicales les sobrevivirán pero «His Master's Voice», sucumbe como antes lo hicieron otras emblemáticas firmas inglesas. También está a punto de cerrar la sección británica de Blockbuster. La falta de consumidores es una muestra de que el Reino Unido tampoco se escapa a una crisis que no entiende ni de euros, ni de libras.
La crisis están a punto de poner fin a una historia de música, la de la compañía discográfica HMV, que inició su andadura el último año del siglo XIX. Sus tiendas de distribución fueron las primeras en venta, pero internet y la situación económica la han abocado a la quiebra. Antes que ella cayeron la centenaria Woolworths, JJB Sports, Clinton Cards, Past Times, Jessops y dentro de poco lo hará la filial británcia de la empresa estadounidense, Blockbuster. Esta compañía de alquiler de películas y videjuegos se ha declarado estos días insolvente. Su desaparición pone en peligro 4.000 puestos de trabajo.
El cierre de establecimientos comerciales en el Reino Unido se inció durante la crisis de 2008, cuando quebró la centenaria Woolworths, de productos del hogar, una auténtica conmoción para los británicos. En noviembre «bajó la persiana» Comet, una empresa de material eléctrico, dejando en la calle a casi 7.000 trabajadores. Otras empresas con problemas financieros han sido rescatadas o absorbidas como Blacks (ropa de montaña), Peacoks (moda).
La crisis no sólo está afectando a las grandes y emblemáticas empresas, sino sobre todo al sector minorista, que supone el 75% del PIB del Reino Unido. En los últimos años el consumo ha descendido drásticamente en el país, debido a las subidas de impuestos (20 por ciento de IVA) y al incremento de las tarifas de algunos servicios, especialmente el gas y la electricidad. Además, los bancos cada vez conceden menos préstamos o rechazan asumir deuda acumulada, lo que hace inviables algunas empresas, incluso con importante facturación.
La situación es inquietante, en octubre uno de cada diez locales comerciales estaba cerrado, según datos del Consorcio británico de tiendas al por menor, lo que significa que el 11,3% de establecimientos de los centros de las principales ciudades estaban desocupados. Especialmente en Irlanda del Norte, Gales y el norte de Inglaterra.