Estos datos se han dado a conocer en el eurobarómetro y en la presentación de un informe de la Comisión Europea. Según el eurobarómetro, en España, Eslovenia, Portugal e Italia, el soborno parece raro, pero la corrupción es una percepción muy extendida entre los ciudadanos. Por contra el 54% de los suecos, el 64% de los finlandeses y el 75% de los daneses creen que en su país es muy rara la corrupción. Los países con una mayor percepción de irregularidades en la economía son Grecia, Italia, Lituania, España y República Checa.
Para la mayoría de ciudadanos, las estrechas relaciones entre empresarios y políticos, facilitan la corrupción. En España el 97% de los empresarios denuncian esas prácticas y el 88% creen que hay una estrecha relación entre corrupción y abusos de poder entre los políticos. El sector que se considera más corrupto es el de las constructoras, que además mantienen un contacto más directo con los gobiernos para conseguir contratos de grandes obras. 8 de cada 10 ciudadanos creen que hay una relación muy estrecha entre corrupción de políticos y empresas.
En el caso de España la CE considera que la Ley de Transparencia, ha sido un «paso importante», pero en el documento, de 16 páginas, se refiere a casos importantes de corrupción como las investigaciones que afectan a «un extesorero de un partido político y casi 90 destacados políticos, empresarios y banqueros acusados de prácticas corruptas».
La Comisión Europea sugiere a todos los países que se mejoren los controles financieros internos, los del Tribunal de Cuentas y se refuercen las sanciones administrativas. Pide más atención a la supervisión de préstamos y la consolidación de las cuentas de los partidos políticos y que se garantice la ley de transparencia.
La comisaria de Justicia e Interior, Cecilia Mälmstrom ha denunciado que la corrupción es un lacra que «debilita la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas y en el imperio de la ley, daña a la economía europea y priva a los Estados de muchos ingresos procedentes de los impuestos».
Preocupa también el riesgo de corrupción en las transacciones comerciales internacionales. Mälmstrom ha reconocido que aunque «los estados miembros han hecho esfuerzos para luchar contra la corrupción, muestra que esos esfuerzos están lejos de ser suficientes». El informe publicado hoy por la Comisión, deplora que la mayoría de los gobiernos no disponen de estadísticas globales sobre delitos de corrupción, lo que impide hacer evaluaciones comparativas entre países.