Uno de los últimos estudios realizados sobre la percepción de los españoles en cuanto al nivel de corrupción que vive nuestro país no ha dejado, como era de esperar, cifras nada halagüeñas. El 66% de los españoles considera que nuestra sociedad está más corrupta que hace apenas dos años, y un 29% opina que la situación no ha variado, solo que la corrupción ocupa ahora más portadas de periódicos y más tertulias que antes.
Siguiendo con el mismo estudio realizado por la ONG Transparencia Internacional, en una escala de uno a cinco y considerando el uno como «no hay problemas en ello» y cinco como «es un problema muy serio», los españoles colocan a la corrupción en un rotundo 4,5. En el plano europeo, el 53% de los encuestados cree que hay más corrupción ahora que en la pasada década y le dan una puntuación de 4,1%. Por instituciones, los partidos políticos arrasan como garantes de esa corrupción (83%), seguidos por el Congreso de los Diputados (67%) y el sector privado (43%) e incluso siete de cada diez encuestados, opinan que el gobierno no está tomando medidas efectivas para luchar contra esta lacra.
Pero no solo el problema de la corrupción salpica a España. Cecilia Malmstrom, Comisaria de Interior de la UE, llegó a afirmar que este problema supone un coste anual para los europeos de cerca de 120.000 millones de euros. Malmstrom ponía como ejemplo los estudios de contratación pública, que suponen un 15% del Producto Interior Bruto (PIB) general de la UE. Entre el 20 % y el 25 % del valor de éstos se pueden perder por culpa de la corrupción que amenaza con convertirse en un problema casi endémico de la vieja Europa.
Italia, la República Checa, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía fueron señalados los países más corruptos en esta cuestión. Pero, ¿cuál es la situación en el conjunto de la Unión Europa? ¿cuáles son considerados los países más corruptos y cuáles son aquellos con las sociedades y la política más integra? Aunque parezca mentira, a tenor de la actualidad informativa que viene sucediéndose en nuestro país desde hace un tiempo a esta parte, España no está a la cabeza de los países con más corrupción en el seno de la Unión. Nos superan.
En el último informe publicado por la ONG TI, Portugal (puesto 33), Estonia (32), Eslovenia (37), Polonia (41), Malta (43), Lituania (48), República Checa (54), Letonia (55), Croacia (62), Italia (72), Bulgaria (75), Grecia (94), obtienen más puntuación que España (30) en una escala que indica el grado de corrupción en el sector público, según la percepción de empresarios y diferentes analistas. Por delante de nuestro país y como países menos corruptos, Chipre (29), Irlanda (25) y Austria, Francia (22), Reino Unido (17), Bélgica (16), Alemania (13), Luxemburgo (12), Islandia (11), Países Bajos (9), Noruega (7), Suiza (6), Suecia (4) y los países menos corruptos de Europa, Finlandia y Dinamarca (1)
Para muchos, la situación de la corrupción en España ha existido desde tiempos inmemoriales pero hasta hace poco, pocos casos habían salido a la luz tan rápido. El caso Bárcenas, el caso Gürtel, el caso Nóos, el caso emperador, el caso de los ERE fraudulentos, el caso Palma Arena, el caso Pokémon, el caso Baltar, el caso ITV de Oriol Pujol, el caso Clotilde donde al presunto jefe de la mafia rusa en Lloret de Mar Andrei Petrov, se le atribuye haber blanqueado un total de 56 millones de euros en operaciones urbanísticas a cambio del patrocinio de los equipos de fútbol y hockey patines del municipio, el caso Mercurio, el caso Palau, el caso Pretoria, el caso Emarsa, el caso Andratx, el caso Malaya... son solo alguno de los numerosos más actuales.
Según un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) el coste social de este problema para el estado se cifraría en 40.000 millones de euros. Y según otro estudio realizado por el Grupo de Investigación sobre Subdesarrollo y Atraso Social (GISAS) del departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna y publicado en la revista ERÍA de la Universidad de Oviedo serían las comunidades de Valencia y Andalucía,las más corruptas. Seguidas de Murcia, Canarias, Cataluña y Asturias.
No hay país que se libre
Sin embargo, tal y como señala la ONG Transparencia Internacional, este problema se ceba y mucho en la Unión Europa. Pocos países son los que se libran de haber sido señalados con este problema. Sin ir más lejos, Francia también se ha visto inmersa en diferentes polémicas que han afectado tanto a la derecha como a la izquierda política. Un ministro de la República, Jérôme Cahuzac, mintió durante meses al presidente de la República y a la opinión pública sobre la existencia de una cuenta en Suiza. Su confesión tras su dimisión provocó un auténtico seísmo político.
Al mismo expresidente, Nicolas Sarkozy, se le invalidaron sus cuentas de campaña por parte del Consejo Constitucional, por no respetar las normas del juego del que debía ser garante. Mientras que afamados y, hasta hace poco intachables, políticos socialistas se han visto también involucrados en casos de corrupción.
Y también Italia, donde se denuncia que el 13 % de los ciudadanos paga sobornos a la administración pública, llega a acaparar la mitad de los casos de corrupción entre los diferentes Estados miembros de la UE o casos como los continuos procedimientos contra Silvio Berlusconi, primer ministro durante nueve años no consecutivos, el de Giuseppe Orsi, consejero delegado de Finmeccanica el segundo grupo industrial italiano, acusado de pagar sobornos para obtener un contrato de 560 millones de euros por la venta de 12 helicópteros al Gobierno indio o el de Gianluca Baldassarri gerente del Monte dei Paschi di Siena, el banco en funcionamiento más antiguo del mundo por irregularidades en su funcionamiento, sitúan al país de la pasta como uno de los menos claros a la hora de rendir cuentas a sus ciudadanos.
En otros países como Grecia, y según un estudio hecho público por la Dirección de Asuntos Internos de la policía, en 2012 unos 710 empleados de su plantilla estuvieron involucrados en asuntos de corrupción, como también lo estuvieron 260 empleados estatales. Uno, de cada 10 griegos admite haber pagado a funcionarios o empresas privadas para agilizar trámites, se calcula un total de 554 millones de euros en sobornos. Muy popular fue en este país, aparte de la corrupción que afecta a las élites políticas y empresariales, el caso de las recetas falsas. El Ministerio de Sanidad acusó a los doctores de estar recibiendo sobornos de las compañías farmacéuticas con el objetivo de recetar sus productos o incluso de hacer recetas falsas para que el Estado pagase por las medicinas.
En la Península Ibérica, Portugal tampoco se libra. El caso «Silbato Dorado» escandalizó durante más de un lustro no solo al mundo del fútbol, sino a la sociedad lusa en general. Y medidas como las privatizaciones, la renegociación de las asociaciones público privadas o la reestructuración del sector de defensa han sido siempre sospechosas de esconder pactos en la sombra.
Si nos trasladamos al norte de la UE, pocos países pueden presumir de no tener manchas en su expediente. Alemania fue señalada en el caso MAN, un sistema de sobornos descubierto en este fabricante alemán de vehículos industriales, con el que impulsaba sus ventas en todo el mundo. Pero ahí no termina la cosa, la entidad financiera alemana Commerzbank fue perseguida por la fiscalía de Frankfurt por blanqueo de dinero y empresas como Media Markt, Porsche o Deutsche Telekom también han protagonizado sonadas noticias sobre corrupción.
Mientras, hace algunos meses, el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, pidió a Rumanía que los políticos de este país que están implicados en casos de corrupción, dieran ejemplo y dimitiesen. Y es que aún hoy en día, son muchas las voces que critican la decisión de la UE de dar el visto bueno a la entrada de países como Bulgaria y Rumanía al grupo europeo aun sabiendo que sus tasas de corrupción siempre han sido de las más graves del mundo. Y, mientras tanto, las noticias sobre corrupción no cesan de salir a la luz.