El informe anual de la calidad del aire de la Agencia Europea del Medioambiente (AEMA), con un apartado para cada país, que se ha conocido este miércoles con datos de las estaciones de control en toda Europa, demuestra que casi todos los habitantes de las ciudades están expuestos a niveles muy altos de contaminantes. No sucede igual en todas las ciudades mientras que muchas tienen niveles superiores a los límites que marca la UE durante gran parte del año, otras tienen niveles relativamente bajos.
«La contaminación del aire sigue siendo elevada en Europa», ha dicho el director ejecutivo de la agencia europea Hans Bruyninckx. «Esto lleva a costes altos: para nuestros sistemas naturales, nuestra economía, la productividad de la fuerza laboral de Europa, y lo más grave, la salud de los europeos en general.»
El contaminante más grave en el aire son las partículas finas, similares al polvo u hollín, pero mucho más pequeñas capaces de penetrar profundamente en los pulmones. La exposición de larga duración a estas partículas fue la responsable de la gran mayoría de las muertes prematuras causadas por la contaminación del aire en 2011. También los niveles altos de ozono a ras del suelo en episodios cortos fueron causantes de un número significativo de muertes.
La mayoría de los contaminantes atmosféricos han disminuido ligeramente en la última década, incluidas las partículas y el ozono. Sin embargo, el dióxido de nitrógeno no ha bajado tan rápido como se esperaba, debido en parte a los vehículos que son una fuente importante de contaminación, y a que la normativa de emisiones no ha dado el resultado previsto.
El contaminante que más creció en la última década fue el benzo (a) pireno (BaP) que se ha incrementado en más de un 20 % entre 2003 y 2012 a la vez que ha aumentado el uso urbano de estufas de leña y calefacción por biomasa. En 2012 casi nueve de cada diez habitantes de las ciudades estuvieron expuestos a BaP según la OMS.
Las últimas investigaciones muestran que los contaminantes atmosféricos «pueden ser más perjudiciales de lo que se pensaba». El efecto de la contaminación del aire en las enfermedades respiratorias y las enfermedades del corazón es bien conocido, pero los nuevos estudios han demostrado que también puede afectar a la salud de otras maneras, desde el desarrollo fetal a enfermedades desarrolladas en el transcurso de la vida.
Pero no solo la exposición a largo plazo es peligrosa, los episodios de corto plazo también pueden serlo. Por ejemplo, París experimentó un episodio prolongado de alta contaminación atmosférica a principios de este año , cuando sufrió una acumulación de partículas durante varios días.
Junto a la salud de las personas, estos contaminantes también tienen un efecto significativo en la vida de las plantas y los ecosistemas. Estos problemas, incluyendo la eutrofización, la acidificación y otros daños, han disminuido en los últimos años aunque no tan rápidamente como se esperaba.