La política de expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros emprendida por el Gobierno francés ha sido criticada con dureza en el pleno del Parlamento Europeo. En el debate los grupos de izquierdas, liberales y verdes han llamado «cínico» al Gobierno galo y han condenado con firmeza las deportaciones que han considerado «masivas».
La ambigüedad de la comisaria de Interior y Justicia y vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, ha sido evidente «No tenemos aún pruebas de si ha habido discriminación o no» ha admitido para insistir en el diálogo «franco y directo» que ha mantenido con el Gobierno francés y en las visitas de varios ministros galos a Bruselas para explicar que las expulsiones han sido estudiadas «caso por caso» y que la mayoría han sido voluntarias. Lo contrario vulneraría la legalidad europea.
La Comisión Europea estudia sobre el terreno la veracidad de esas afirmaciones, ha dicho la vicepresidenta.
Ha aprovechado para anunciar la creación de un grupo de trabajo para aclarar si los Estados miembros han administrado de forma correcta los fondos europeos que han recibido para impulsar la integración del colectivo gitano.
La diputada socialista Hannes Swoboda ha dicho que si la Comisión «no da una respuesta clara» a Francia, otros países podrían tomar el mismo camino de «quitar la nacionalidad» a las minorías.
Por su parte el diputado socialista español, Juan Fernando López Aguilar, ha puesto como ejemplo de integración el caso de España y ha criticado la expulsión «colectiva». El jefe del grupo liberal, Guy Verhofstadt, advirtió contra la «tentación populista, a veces racista» que emerge en algunos países de la UE. El lider socialista, Martin Schulz, denunció que era «una caza de brujas» contra los romaníes.
Varios miembros del Partido Popular Europeo, han apoyado los esfuerzos de integración que se hacen en algunos países, han pedido paciencia hasta que se conozca el resultado del informe de la Comisión Europea y se han cuidado mucho de criticar la actitud de Francia.
El Gobierno francés, por medio de su secretario de Estado de Asuntos Europeos Pierre Lelouche, ha calificado de «totalmente excesivas» las palabras de algunos de los diputados durante el debate.