El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, ha explicado que, desde 2010, el ejecutivo comunitario viene investigando la actuación de Google, a raíz de unas denuncias recibidas. Una vez comprobado que se ha violado la normativa comunitaria, el comisario español se ha dirigido a la compañía para que subsane los problemas identificados y evitar un proceso que daría lugar a una fuerte sanción.
Almunia ha señalado que hay cuatro áreas que incumplen las reglas europeas de competencia. La primera es que, en los resultados de búsqueda generales, Google muestra enlaces a sus propios servicios de búsqueda verticales, motores de búsqueda especializados en temas específicos, como noticias, productos o restaurantes, y lo hace de forma diferente a cómo muestra los enlaces de los competidores.
Según la Comisión Europea, Google copia material original de las páginas web de sus competidores y lo utiliza en sus propias ofertas. Dice Almunia que «de esta manera, se apropia de los beneficios de las inversiones de los competidores. Nos preocupa que esto podría reducir los incentivos de otros en la creación de contenido original que beneficiaría a los usuarios de internet».
La tercera preocupación de Bruselas se refiere a la publicidad que ofrece Google. Los anuncios se muestran junto a los resultados de búsqueda cuando un usuario realiza una de un sitio web, lo cual da una exclusividad de facto y cierra el paso a los proveedores que compiten en los servicios de intermediación de búsqueda de publicidad. La Comisión asegura que esto afecta potencialmente a los servicios de publicidad de tiendas o revistas online u organismos de radiodifusión.
Aún hay más: las restricciones que Google pone a la portabilidad de las campañas de búsqueda de publicidad de su plataforma AdWords, en la que los anunciantes pueden presentar ofertas para colocar sus auncios en las páginas de resultados de búsqueda ofrecidos por Google.
El comisario Almunia avisa a la dirección de Google. Si se ofrecen soluciones con rapidez, se llegará a un acuerdo de compromiso. Si no, se abrirá un procedimiento que acabará en la imposición de multas.
Un portavoz de Google en Bruselas ya ha respondido que la compañía está dispuesta a discutir las preocupaciones de la Comisión y se justifica al señalar que «la competencia en la web ha aumentado espectacularmente en los dos últimos años, desde que la Comisión inició este examen, y la presión competitiva que afronta Google es tremenda».