La inestabilidad política de los últimos días en Portugal ha resucitado el fantasma de un nuevo rescate, aunque el portavoz de la Comisión de Economía, Simon O'Connor ha dicho que no hay conversaciones sobre el tema.
Según algunas fuentes Portugal y la Comisión Europea están hablando de un nuevo plan de rescate para 2014 cuando termine el actual. Una línea de crédito que se llevaría a cabo por medio del fondo de rescate permanente (MEDE), que sería el encargado de controlar y evaluar la situación económica.
En este nuevo rescate no intervendría el Fondo Monetario Internacional (FMI), un socio antinatura de la UE con sede en Washington que hace autocrítica a menudo y le saca los colores a los europeos explicando que los rescates se planificaron mal y funcionan mal.
Este podría ser un rescate blando que podría serviría para activar el plan de compra de deuda soberana del Banco Central Europeo (BCE). Aunque Mario Draghi ha excluido la semana pasada a Portugal de esa posibilidad.
La dimisión de los ministros de Finanzas y de Exteriores portugueses la pasada semana hizo que se tambalearan los cimientos económicos. Los rumores de que el eurogrupo no abandonará a Portugal y las palabras de Draghi afirmando que el BCE hará todo lo que sea necesario, incluso bajando aún más los tipos de interés, han estabilizado algo la situación.
La mala noticia es la verificación de que el rescate no funciona. Portugal ha aplicado a rajatabla todas las exigencias del Memorando de Entendimiento y su economía sigue en un profundo hoyo. Con un paro del 20 %, los cuatro últimos años en recesión, una deuda pública del 120 % y los portugueses convencidos de que tanto sacrificio no sirve para nada será difícil convencerles de que un nuevo rescate, con sus ajustes correspondientes, les va a sacar a flote.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha dicho a su llegada a la reunión que los ministros de Finanzas de la eurozona celebran este lunes «Estoy muy contento de que la coalición portuguesa esté de nuevo lista para continuar con su trabajo y estoy deseando trabajar con los nuevos ministros».
Ha añadido que la estabilidad política es crucial para que los países rescatados se mantengan en la buena vía y puedan seguir con el programa de reformas marcado.