En Estados Unidos, la caída de los precios se ha tomado como un estímulo inesperado pero bienvenido a la economía en recesión.
«A Obama, el bajo precio del petróleo le da esperanzas», señalaba el titular de un diario en Estados Unidos. El semanario británico The Economist calculaba que una caída de 40 dólares en el precio trasladaría unos 1,3 billones de dólares de las manos de los productores a los consumidores.
Pero en el Sur en desarrollo, la situación actual amenaza con socavar las economías dependientes del petróleo en África, América Latina, Asia y Oriente Medio .
El continuo descenso, de unos 107 dólares por barril en junio de 2014 a los 50 dólares actuales, ha limado el poder adquisitivo y perjudicado a algunas de las monedas del mundo, incluido el rublo ruso, el real brasileño, la rupia indonesia, el bolívar venezolano, la naira nigeriana, el peso chileno, la lira turca y el ringgit malasio.
Pero tarde o temprano es probable que la caída del precio del petróleo también reduzca el gasto militar y el floreciente mercado de armas en Oriente Medio, valorado en miles de millones de dólares. Para los pacifistas esta podría ser una señal positiva en la campaña mundial por el desarme, en su mayoría de armas convencionales.
Tradicionalmente, el aumento de los ingresos procedentes del petróleo ha influido en la compra de armas de las seis monarquías del Golfo Arábigo: Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán.
Las excepciones en Oriente Medio son Egipto e Israel, que dependen en gran medida de las subvenciones militares de Estados Unidos, gratuitas y no reembolsables.
Pieter Wezeman, investigador del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri, en inglés), nos dijo que la reducción de los ingresos del petróleo influirá sin duda en el gasto militar de los estados de Oriente Medio, como sucedió en el pasado.
La importación de armas de Arabia Saudita culminó en los años 90, dice, pero luego descendió rápidamente, en parte debido a la caída de los ingresos fiscales derivada del menor precio del petróleo. «Sin embargo, para 2013 calculamos que Arabia Saudita será el cuarto país con más gasto militar», con 67.000 millones de dólares, «y que Emiratos Árabes Unidos ocupará el lugar número 15», con 19.000 millones de dólares, indica Wezeman.
El mayor gasto militar del mundo corresponde a Estados Unidos, con 640.000 millones de dólares, seguido por China, con 188.000 millones, y Rusia, con 88.000 millones, según cifras de 2013 publicadas por el Sipri.
Pero Wezeman advierte que es demasiado pronto para tener certezas al respecto, ya que los Estados en cuestión tienden a ser muy reservados y poco democráticos sobre los asuntos militares y sus planes de adquisición de armas. «Pueden decidir recortar el gasto en otros sectores, si los bajos precios del petróleo les obligan a recortar el gasto total del gobierno», precisa.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Arabia Saudita posee 750.000 millones de dólares en reservas de divisas.
Nicole Auger, una analista de Forecast International, una empresa de información sobre el mercado de la defensa, nos dice que el gasto proyectado para el quinquenio 2015-2019 en la defensa de Oriente Medio tiene una tasa anual de crecimiento compuesto del 3,48 por ciento. La cifra es inferior a la del quinquenio anterior en 2010-2014, cuando alcanzó el 8,45 por ciento. «Parte de esta reducción la atribuyo a la caída esperada en los precios del petróleo», explica Auger.
Para Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar esta tendencia solo será una molestia que podrán soportar cómodamente durante varios años, «así que no espero ningún cambio significativo en sus tendencias de gasto de defensa», añade. Esos mercados son enormes y todos gastan pródigamente en sus capacidades de defensa, destaca la analista.
Arabia Saudita continuará dominando el mercado de armas de Oriente Medio, ya que su presupuesto de defensa es casi cuatro veces mayor al del país que le sigue en ese gasto en la región, señaló. «No veo un cambio importante en las tendencias del gasto en defensa de Irán e Iraq, aunque seguramente sean los más perjudicados» por la caída de los precios del petróleo, afirma.
Debido a otras fracturas regionales e internas, los dos vecinos tendrán que mantener sus niveles de gasto de defensa como medida de precaución. Aunque Irán padece sanciones internacionales por su programa de energía nuclear, todavía se siente amenazado, y reducir su gasto de defensa solo lo haría más vulnerable desde su perspectiva, agrega.
Pere Wezeman, del Sipri, dice que la importancia que tiene el mercado de Oriente Medio para las empresas queda de manifiesto en que la venta de armas a Arabia Saudita por sí sola representa el 20 por ciento de las ventas en 2013 de BAE Systems, la tercera fabricante de armas del mundo.
Y el segundo mayor productor de armas, Boeing, sufrirá la disminución de las ventas de aviones de combate a su principal cliente, Estados Unidos, y depende cada vez más de las exportaciones, agrega.
Si las ventas en Oriente Medio se estancan o disminuyen, las empresas tendrán que competir para conseguir contratos en otras partes del mundo donde el gasto militar siga en aumento y dependa menos del precio del petróleo, como sucede en Asia, advierte Wezeman.