«La Torre David-Gran Horizonte» de Venezuela, es un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres». El jurado de la decimotercera bienal ha premiado al colectivo Urban Think Tank por este proyecto de 45 pisos de altura, construido alrededor de la Torre Confinanzas d Caracas. «Con sus magníficos defectos, representa una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre cómo creamos y promovemos las comunidades urbanas», sostienen en el catálogo de la bienal de Venecia, los autores Alfredo Brillembourg, Hubert Klumpner y Justin McGuirk. El edifico, tras ser abandonado en la década de los noventa por un grupo bancario, fue ocupado por una comunidad llena de vida que la transformó en un ejemplo de ciudad vertical. «Es un pedazo de Caracas, del sur económico, pero también es un territorio común», explicaron en la presentación oficial los arquitectos, que indagan sobre la llamada «favela vertical».
Este es uno de los ejemplos de arquitectura que se puede ver en una bienal que se presenta bajo el lema «Territorios comunes», que gira en torno a temas como la ecología o la crítica social y a la sociedad de consumo. Arquitectos de todo el mundo, tanto célebres como anónimos, debatirán sobre los desafíos de la arquitectura en tiempo de crisis. Por Venecia pasarán estos días arquitectos de la talla de Renzo Piano, Peter Eisenman, Norman Foster, Kazuyo Seijma o José Rafael Moneo. Junto a ellos habrá urbanistas, críticos, ingenieros y estudiosos. El director de la muestra, el británico David Chipperfield, arquitecto de la corriente minimalista y autor, entre otras obras de la renovación del Neues Museum de Berlín, explica que «hay que debatir sobe un patrimonio de ideas diferentes».
Se trata de uno de los eventos del sector más importantes, que se celebra cada dos años en Venecia. 55 países del mundo, entre ellos varios estudios europeos, así como de Chile, Perú, Venezuela, Uruguay, Brasil, Argentina y México presentan propuestas muy diferentes entre sí.
Rusia presenta un proyecto de ciudad inteligente diseñada para convertirse en el «Silicon Valley ruso». Francia, bajo la dirección del comisario Yves Lion, propone una reflexión sobre las grandes metrópolis a partir de un estudio sobre la regiones del este de París, verdadero laboratorio de la ciudad del siglo XXI, donde residen entre 300.000 a 400.000 habitantes. El Pabellón de Italia, bajo la batuta del comisario Luca Zevi, ilustrará la historia del «made in Italy», partiendo del pimer ordenador italiano (1959), ideado por Olivetti.
El arquitecto portugués Alvaro Siza Vieria recibirá, además, el León de Oro a toda su carrera. Otro de los premios destacados es el León de Oro al mejor pabellón nacional, que este año ha recaído en Japón por el proyecto «Architecture possible here? Home-for-All» de los arquitectos Naoya Hatakeyama, Kumiko Inui, Sou Fujimoto y Akihisa Hirata, una reflexión sobre la compleja reconstrucción tras el terremoto y el tsunami que devastaron el ese país en marzo del 2011.
iBiennale es el nuevo app diseñado para satisfacer las necesidades de los visitantes. Con contenidos dinámicos les ayuda a orientarse con mapas interactivos que les guía por los pabellones a través de diferentes infografías. Mediante esta herramienta los arquitectos pueden explicar los materiales que han utilizado y les permite ilustrar sus proyectos. También por primera vez se edita en ebook el catálogo de la muestra, con más de 500 ilustraciones y miles de hipervínculos.