Para hacerse una idea de cómo está el panorama basta con decir que el Gobierno británico sufre más de 600 ataques «maliciosos» al día, según ha declarado el ministro de Exteriores William Hague a The Times.
Otros Gobiernos e instituciones también son objeto de estos ataques que se atribuyen unos a otros. El ciberataque al Fondo Monetario Internacional se dijo que pudo deberse a China o la creación del gusano Stuxnet que entró en el programa nuclear iraní se atribuyó presuntamente a Estados Unidos o a Israel.
El director de la agencia de espionaje de las telecomunicaciones británica, Iain Lobban, denuncia que el ciberespionaje supone una amenaza para la economía británica «Es un hecho que hay intentos de robar ideas y diseños británicos en los sectores de informática, tecnología, defensa, ingeniería y energía y en otras industrias para conseguir ventajas comerciales o beneficiarse del conocimiento secreto de acuerdos contractuales», ha dicho.
Reino Unido va a invertir en los próximos cuatro años unos 1.000 millones de euros en seguridad informática, pero apuestan sobre todo por una cooperación con el sector privado. «El ciberespacio va a ser uno de los desafíos de nuestros días» ha asegurado Lobban.
Para enfocar la cuestión, el ministro de Asuntos Exteriores William Hague ha convocado la conferencia en la que se espera a unos 900 asistentes. Entre ellos la secretaria de Estado Hillary Clinton, el cofundador de Wikipedia Jimmy Wales o el vicepresidente de la sociedad de telecomunicaciones china Huawei y representantes de Google, Facebook, Microsoft, el sitio chino para compartir vídeos Tudou.com y agencias que investigan el cibercrimen. Irán no ha sido invitado.
Se hablará del impacto económico de internet, de sus consecuencias sociales, de los movimientos en favor de la democracia como la primavera árabe y la seguridad.
Aunque los intereses entre los diferentes países son muy diferentes incluso contrapuestos, por ejemplo en cuestión de libertad de expresión. Para los países occidentales la prioridad es la de proteger los sitios contra los ataques , mientras que China o Rusia lo que quieren es controlar los contenidos y las redes sociales para evitar cualquier pretendida sedición.