La bodega del Elíseo, que actualmente conserva unas 12.000 botellas, la creó en 1947 el entonces presidente Vincent Auriol. Y son vinos que han estado en las mesas presidenciales en cenas o recepciones oficiales, ha dicho un portavoz de la sala que subastará las botellas.
Entre las «joyas de la corona» del palacio presidencial francés hay un Petrus 1990 valorado en 2.200 euros, aunque hay vinos más «humildes» que tienen un precio de partida de 15€ (un precio que tampoco está mal). La sumiller jefa del elíseo ha sido la encargada de seleccionarlos, dividiéndolos en añadas de excepción y otras más modestas. En el lote van Pomerol, Cheval blanc, Cos d'Estournel, vinos alsacianos, del Loira, o del valle del Rin.
Muchos de los vinos pueden ser bebidos inmediatamente, ya que han alcanzado la cima de su vida útil. Las botellas tendrá una certificación de la etiqueta en la que se señala que provienen del palacio del Elíseo y la fecha de venta. De momento la subasta ha causado gran interés tanto en el país como en el extranjero, especialmente en China, Estados Unidos, Rusia y Japón y entre los principales hoteles del mundo.
El Eliseo quiere «matar dos pájaros de un tiro», renovar sus bodegas y obtener unos relativos ingresos. Espera recaudar unos 250.000 euros, que le servirá de poco para ahorrar en cinco años los 60.000 millones de euros que le exige Bruselas.
Francia es el mayor productor mundial de vinos de calidad, y entre sus compradores están los acaulados de China y Estados Unidos. El gigante asiático es el mayor importador del mundo de vinos de Burdeos, que forman el grueso más importante de la subasta.