Por Miguel Rodríguez Andreu, editor de la revista Balkania
Hashim Thaçi, actual Primer Ministro, ganó las elecciones legislativas celebradas en Kosovo el pasado domingo. Estas elecciones han destacado por tres motivos: porque son las primeras elecciones soberanas celebradas tras la declaración de independencia unilateral en 2008, por el alto nivel de abstención que se ha producido, y las acusaciones de fraude electoral. El Partido Democrático de Kosovo (PDK) obtuvo la victoria con un 33,5% de los votos. «Esto es un voto para un Kosovo europeo. Es un referéndum de los ciudadanos de Kosovo por el buen gobierno del Partido Democrático de Kosovo. Es un referéndum para un Kosovo euroatlántico, para las reformas democráticas, para la liberalización de los visados», dijo Thaçi.
Su principal socio de coalición y ahora rival, la Liga Democrática de Kosovo (LDK), liderada por el alcalde de Pristina, Isa Mustafa, segundo partido más votado con el 23,6% de los sufragios, ya advirtió que no revalidaría una coalición con la fuerza política de Thaçi, lo que añade un punto de incertidumbre a la formación del nuevo ejecutivo. El líder de la LDK, Isa Mustafa, ha acusado a Thaçi de fraude electoral. En Gllogvc y Skenderaj se ha advertido que el número de votos computados era superior al de votantes registrados. Estas dos zonas son bastiones tradicionales del entorno de Thaçi.
Según la Comisión Electoral Central la siguiente fuerza más votada es la nacionalista Vetëvendosje (Autodeterminación), que centralizaría el voto de protesta y se haría con el 12,2% de los sufragios en su primera participación electoral. Esta formación liderada por Albin Kurti apela a la unificación con Albania y a la salida de las instituciones que llama colonialistas y ocupantes de la UE, la ONU y la OTAN. La cuarta fuerza política es la Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), del ex-primer ministro Ramush Haradinaj, detenido en La Haya por crímenes de guerra, que ha obtenido el 10,8% de los votos. Haradinaj gozará de un permiso de libertad hasta mediados de enero, cuando volverá a Holanda para asistir a la repetición del proceso penal que está en marcha contra él, una vez que varios testigos fueron intimidados en la ocasión anterior. Y por último, la Alianza por un Nuevo Kosovo (AKR), del multimillonario albanés Behgjet Pacolli, ha logrado el 7,1% de los votos escrutados. El Partido Liberal Independiente (SLS), la mayor formación serbo-kosovar, obtuvo 1,8% de las papeletas.
Futuro Gobierno
De un total de 1,6 millones de electores sólo un 47% acudió a las urnas. Aún así la participación fue mayor que en las legislativas de 2007, cuando se situó en el 40,1%. Los candidatos eran 1265 para un total de 29 partidos, que se reparten 129 escaños en el parlamento. De estos escaños, 20 corresponden a las minorías étnicas de los cuales 10 son garantizados a los candidatos serbios. Las leyes kosovares otorgan al partido más votado la iniciativa para buscar socios de gobierno, algo obligado ya que el PDK carece de mayoría suficiente para poder gobernar en solitario. Según algunas fuentes, el PDK intentaría negociar con Alianza para un Nuevo Kosovo y con el serbio Partido Independiente Liberal, en vista de los desacuerdos existentes con los otros partidos mayoritarios.
Seguimiento internacional
En una declaración conjunta, la Alta Representante de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, y el Comisario de Ampliación de la UE, Stefan Fule, manifestaron su satisfacción porque la «mayoría» de la votación en Kosovo se llevó de manera «tranquila y ordenada». La jefa del equipo de observación del Parlamento Europeo, Doris Pack, elogió una «mayor participación» entre los serbios étnicos que viven en los enclaves de Kosovo. No obstante también se hizo eco de las denuncias de fraude que han sobrevolado la victoria del PDK. «¿Es posible que en algunos sitios más del 95% de los votos vayan al mismo partido?», señalo la eurodiputada alemana; a lo que le siguió: «No creo que sea posible». «Las irregularidades que se han observado son decepcionantes», afirmó el enviado especial de la UE para Kosovo, Pieter Feith. Desde la UE, la embajada de los EE.UU se ha transmitido preocupación e interés en que se aclare cuanto antes lo sucedido. No se excluye la repetición de los comicios en aquellos municipios donde el censo incluiría a personas ya fallecidas, que podrían haber sido suplantadas con documentación falsa o donde se hubiesen computado irregularmente los votos registrados. Estos hechos empañan unas elecciones que habían transcurrido de forma pacífica. «La jornada ha sido un éxito y un progreso para la seguridad y estabilidad de Kosovo», declaró el general Erhard Bühler, comandante de las fuerzas de la OTAN en Kosovo.
Acusaciones de tráfico de órganos
No obstante ayer martes se supo de la mano del periódico británico The Guardian que, según un informe del Consejo de Europa, Thaçi estaría involucrado como jefe de una red de tráfico de órganos durante los años de la guerra de Kosovo. El periódico inglés señala además que entre los acusados se encuentran otras personas del círculo cercano al actual Primer Ministro. Según el informe, la red de tráfico de órganos, que ya fuera en su momento destapada por la ex-Fiscal General de Naciones Unidas, Carla del Ponte, habría traficado con los riñones de numerosas víctimas, la mayoría serbias, contribuyendo así a la financiación de la organización UÇK (Ejército de Liberación de Kosovo), en su campaña contra la policía serbia a finales de los años noventa. Dick Marty, el investigador de derechos humanos que está al frente de la investigación, presentará su informe a la diplomacia europea este jueves.
Si las acusaciones de fraude y tráfico de órganos no remueven los cimientos de la política local, esta victoria pondría el acento en varias cuestiones: los réditos políticos logrados con la independencia kosovar para el actual ejecutivo, la demanda social de estabilidad política en las instituciones a pesar de la desastrosa situación económica que vive Kosovo, y la desconfianza de una parte importante del electorado en que la funcionalidad democrática apacigüen los niveles de corrupción que no sólo afectan a la clase política kosovar. Al mismo tiempo, el supuesto ascendente criminal contra la población serbia, con acusaciones de tráfico de órganos de por medio, de Thaçi o Haradinaj, oscurecen el horizonte de unas futuras negociaciones entre Bruselas, Belgrado y Pristina.