La ISG ha felicitado a Kosovo por haber cumplido las condiciones de la llamada Propuesta Integral sobre el Estatuto, incluyendo «la aprobación de leyes sobre patrimonio cultural y religioso, derechos de las comunidades y descentralización». El canciller austríaco, Michael Spindelegger, que ha presidido una reunión del grupo esta semana, ha dicho que «la supervisión internacional terminará entonces»,
En enero, el ISG -conformado por 25 países, incluyendo a varios de la Unión Europea (UE) Turquía y Estados Unidos- había anunciado que ese territorio de los Balcanes, había logrado tales progresos que su «independencia supervisada» podría concluir a fines de este año. El primer ministro kosovar, Hashim Thaci, que asistió a la reunión en Viena, cree que es «un día histórico» y se da «un nuevo paso» para esa república. Serbia ha alertado que la decisión pone en riesgo a los serbokosovares.
La decisión del ISG, efectivamente, supone el fin de la administración y supervisión internacional sobre Kosovo, que declaró unilateralmente su independencia en 2008. No obstante, una fuerza de mantenimiento de paz liderada por OTAN permanecerá en el país.
Kosovo, con una población de casi dos millones de habitantes, en su enorme mayoría de origen étnico albanés, ha estado bajo una administración internacional desde la campaña de bombardeos de la OTAN en 1999 que expulsó a las fuerzas del entonces líder serbio Slobodan Milosevic. El 17 de febrero de 2008, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia, y obtuvo el reconocimiento de 86 países, incluyendo a la mayoría de los miembros de la UE. Sin embargo, sigue afrontando resistencia por parte de Serbia, de los serbokosovares y de Rusia.
Un alto funcionario de Belgrado ha dicho que la decisión del ISG era una mala noticia para la minoría serbia de Kosovo. «Que se vaya la misión internacional puede significar un gran peligro», ha declarado el secretario de estado de Serbia para Kosovo, Oliver Ivanovic, al canal de televisión B92.
Aunque la comunidad serbia en Kosovo rechazó la labor del ISG «desde el inicio» y tuvo poco contacto con el grupo, «cualquier extranjero o misión extranjera es mejor», dice Ivanovic, pues los serbios y los albaneses «no son capaces de funcionar» sin una mediación internacional.