S4YE, una coalición mundial integrada, entre otros, por el Grupo del Banco Mundial y la Organización Internacional del Trabajo, presentó sus conclusiones sobre la crisis de desempleo juvenil en el informe «Hacia las soluciones para el empleo de jóvenes: Informe de referencia 2015».
«Hoy vemos una generación con un potencial enorme, pero en una crisis económica», señala S4YE en el informe presentado el miércoles 13 de octubre. Hay 1.800 millones de jóvenes en el mundo, la mayoría en los países en desarrollo, de los cuales un tercio no tiene trabajo ni estudia ni tiene capacitación alguna, los llamados nini.
Uno de cada cuatro jóvenes en el mundo tampoco encuentra un empleo en el que le paguen más de 1,25 dólares por día, cantidad define la extrema pobreza en el mundo. Además, las jóvenes sufren de forma desproporcionada el desempleo, pues hay un 10 por ciento más de mujeres desempleadas que hombres en esa situación.
S4YE señala que la crisis financiera y la recesión global están entre las principales causas del desempleo entre la población joven. También identifica a las capacidades insuficientes, así como a los desajustes entre educación y capacidades adquiridas, como importantes motivos de preocupación.
Varios estudios concluyen que entre el 25 por ciento y el 45 por ciento de las personas con empleo están sobrecualificadas o subcualificadas para sus trabajos en 24 países de Europa.
Mientras, en 27 naciones de bajos y medianos ingresos, menos de la mitad de los empleados se consideraron adecuados para su trabajo. Eso ocurre en especial en las economías emergentes, más orientadas a los servicios. En otros países, muchos de los desempleados tienen una buena formación, pero carecen de las capacidades técnicas o vocacionales necesarias para conseguir un trabajo.
Además, las personas viven más y están más tiempo trabajando, observa S4YE. En la próxima década, más de 1.000 millones de jóvenes ingresarán al mercado laboral. Pero solo el 40 por ciento podrán conseguir alguno de los empleos que existen actualmente.
El informe subraya la necesidad de crear puestos de trabajo para mantener las tasas de empleo estables. La economía mundial tendrá que crear 600 millones de empleos en los próximos 10 años, unos cinco millones de nuevos puestos al mes.
Desde la crisis financiera de 2008, el desempleo y el subempleo entre los jóvenes alcanzó un máximo y probablemente empeore en muchos países de bajos ingresos, según las proyecciones.
«Cuando los jóvenes no participan plenamente en la fuerza de trabajo o son nini, los gobiernos renuncian a impuestos y asumen el coste de las redes de seguridad social, beneficios por desempleo y seguros y pierden productividad», destaca el informe como consecuencia clave del fenómeno.
Su exclusión de la fuerza laboral contribuirá a la desigualdad y a las tensiones sociales, agrega el documento de S4YE, que llama a tomar medidas contra el desempleo que afecta a las y los jóvenes. «Sin un renovado sentido de propósito y acción de todos nosotros, nuestras buenas intenciones traducidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible terminarán por debilitarse, y se perderá una generación», alerta.
«Los jóvenes de hoy no podrán escapar a la pobreza ni hacer frente a la exclusión económica para 2030 si no cuentan con los medios que les ofrece un empleo», apunta.
Cinco indicadores relacionados con el desempleo juvenil están incluidos en la agenda de desarrollo sostenible para 2030. Por ejemplo, la meta 6 del objetivo 8 se propone reducir la proporción de jóvenes que no tienen empleo, educación o formación para 2020. El informe ofrece una base para realizar un seguimiento y cuantificar los avances hacia los ODS.