Así lo demuestran los datos del tercer trimestre de 2014, una tendencia a la baja que continúa respecto al trimestre anterior, donde Japón había caído ya un 0,4%. Entre los principales motivos, se encuentran la caída de la inversión de las empresas (- 0,2%), de la inversión residencial (- 6,7%), y sobre todo al efecto más que negativo de la subida del impuesto sobre el consumo, realizada el pasado mes de abril y que lejos de querer ayudar a las arcas del estado, ha supuesto un mazazo para la macroeconomía japonesa. Y también una sorpresa para los analistas, que preveían una menor caída de la economía en el país nipón.
Como consecuencia: las elevadas tensiones políticas en el país con un llamamiento de elecciones adelantadas por parte de la oposición. El efecto de la subida del IVA del 5 % al 8 % ha sido mucho mayor de lo esperado.
El parlamento aprobó en 2012 una subida del gravamen en dos tramos (hasta el 8% en 2014, y hasta el 10% en 2015) para hacer frente a los costes cada vez más abultados de su sistema de seguridad social sin incrementar aún más su deuda pública, la mayor del mundo desarrollado. Japón tiene el peor balance público del mundo ya que la deuda pública total del país en términos del PIB se ha cuadruplicado y llegará al 227% del PIB para finales de 2015, según datos del Ministerio de Finanzas nipón.
El crecimiento del consumo privado, que representa el 60% de la economía total de Japón, ha sido más lento de lo esperado, solo un 0,4 % respecto al trimestre anterior. En cuanto a las exportaciones, otro de los motores de la economía japonesa, aumentaron de abril a junio un 1,3% frente a las importaciones que lo hicieron ocho décimas. Sin embargo, Japón sigue gastando 200 yenes por cada 100 que recibe en impuestos, según informa la revista 'The National Interest'.
Tras la publicación de estos datos, los contrarios a Shinzo Abe, esperan que este disuelva esta misma semana la Cámara Baja y convoque elecciones anticipadas para diciembre lo que podría suponer tan solo dos años de gobierno del mandatario del Partido Liberal Demócrata (PLD).
Desde que llegara al poder en diciembre del 2012, anunció prometedoras medidas relativas al estímulo fiscal, expansión monetaria y reformas estructurales bautizadas con el sobrenombre de Abenomics para aumentar la economía, aunque las previsiones se han rebajado del 1 al 0,5% de crecimiento para marzo 2015, fecha de cierre del año fiscal.