Italia busca un primer ministro que la saque del parón que está sufriendo. La decisión está en manos del presidente de la República Giorgio Napolitano, que ha mantenido una segunda ronda de conversaciones con representantes de las principales fuerzas políticas. Ha decidido tomarse «un tiempo para la reflexión», tras el cual anunciará su decisión que podría ser su dimisión para obligar a los partidos a acercar posturas y decidir a la persona que ocupe su cargo.
Giorgio Napolitano, 87 años, está a menos de dos meses de que se termine su mandato de siete años. Podría adelantar ese momento y dimitir ahora, eso permitiría a su sucesor disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, algo que Napolitano no puede hacer y que tampoco le parece la mejor solución.
La ley no permite al presidente de la República italiana que disuelva el Parlamento a menos de seis meses de finalizar su mandato, conocido como «semestre blanco».
En las conversaciones que ha mantenido con los representantes de las diferentes formaciones políticas estas se han mostrado inamovibles en sus planteamientos.
El Partido Demócrata (PD), liderado por Pier Luigi Bersani, ganador de los comicios con mayoría en la Cámara de los Diputados pero no en el Senado que le impide formar gobierno, rechaza cualquier alianza con el PDL de Berluconi.
Enrico Letta, vicepresidente de la formación y mano derecha de Bersani que acudió a la cita con el presidente, propuso una coalición con el M5S y Monti. En todo caso, dice que acatará la decisión de Napolitano.
El Movimiento 5 Estrellas (M5S) no quiere pactar con ninguno de las otras formaciones. Su postura es contraria a las instituciones y a otro Gobierno liderado por un tecnócrata.
El Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, quiere un Ejecutivo de coalición con la formación del actual presidente en funciones, Mario Monti, y la de Bersani.
Berlusconi, intenta por todos los medios zafarse de las demandas que tiene planteadas ante la justicia. Quiere tener una posición en el Gobierno que le permita inclinar la elección del futuro presidente de la República hacia sus intereses. Aspira personalmente a la presidencia o en caso de que eso no resulte poder a colocar a su brazo derecho, Gianni Letta.
Por su parte Giorgio Napolitano, que ha tenido que intervenir directamente en este galimatías, podría -según la prensa italiana- nombrar a una personalidad de prestigio como Anna Maria Cacelliere, actual ministra del Interior. El presidente del Tribunal Constitucional, Franco Gallo o el actual gobernador del Banco de Italia, Fabrizio Saccomani, o presentar él mismo la dimisión.
Italia necesita, además de una estabilidad política y económica que la saquen del lugar en el que se encuentra a dos pasos del bono basura, que se adopten con urgencia una serie de decisiones clave, como la ley de presupuestos o la reforma de la ley electoral que Berlusconi diseñó a su medida.