Italia llevará al Consejo de Interior de la UE que se celebra este martes lo ocurrido en Lampedusa donde el mal tiempo lleva dos días impidiendo los trabajos de rescate de los cuerpos atrapados en la barcaza hundida. El ministro del Interior Angelino Alfano, critica la inacción de la UE y pide solidaridad a los otros Estados miembros.
Italia reclama solidaridad para que no haya otros casos como el del naufragio sucedido frente a la isla de los Conejos a escasos 500 metros de Lampedusa. Es un momento terrible aunque no tanto como para que el ministro del Interior, Angelino Alfano, olvide que el 'paquete de seguridad' que su país puso en marcha cuando él era ministro de Justicia en 2008 criminaliza a los inmigrantes ilegales y a aquellos que les presten ayuda.
Eso hicieron los capitanes de los tres barcos pesqueros que vieron la barcaza en llamas y no socorrieron a sus ocupantes. Cumplir la ley. Y eso harán probablemente los ministros de Interior que se reunirán este martes en Bruselas, echar mano de las restrictivas leyes que sus respectivos países han ido aprobando en contra de la pobre gente que viene a Europa buscando refugio.
Desde hace años la Unión Europea pide a los Estados miembros que compartan la carga de la inmigración ilegal con los países de llegada. «Las políticas migratorias, fragmentadas, son cuestión de los Estados miembros», ha dicho Michele Cercone, portavoz de la comisaria de Interior, Cecilia Malmström.
Grecia, a cuyas costas llega un gran número de ilegales, reclama cada poco a la Comisión Europea que se regule el reparto de demandantes de asilo. Propone que se haga teniendo en cuenta la superficie del país, su Producto Interior Bruto (PIB) y su población.
Sin embargo, no son los países del Mediterráneo los que más demandantes de asilo tienen. Según Eurostat en primer lugar está Alemania con 60.000 en 2012, seguido de Francia, Suecia, Reino Unido o Bélgica, a mucha distancia los 17.000 de Italia.
Pero la crisis ha hecho que los partidos de extrema derecha se hayan reforzado y los gobiernos no están dispuestos a perder votos por aprobar leyes de ayuda a refugiados. No hay más que recordar el petrolero que este verano recogió a 102 inmigrantes a los que Malta se negó a acoger pese a que la Comisión Europea le instó a hacerlo por humanidad.
En Reino Unido, por ejemplo, donde aumentan los partidarios de la formación nacionalista Ukip euroescéptica y populista, David Cameron ha endurecido la mano con la inmigración. En Holanda, donde acaban de acoger a 250 refugiados sirios, el líder del Partido de la Libertad de extrema derecha, Geert Wilders, ha dicho que los deberían haber acogido «los países ricos del Golfo» en lugar de ellos.
La UE recuerda que el control de las fronteras es competencia de los Estados y que la Comisión Europea solo puede dar apoyo «si los Estados lo piden». Hay programas de apoyo como los 240 millones este 2013, del Fondo europeo para el control en frontera de refugiados e integración.
Además está la Agencia europea para la gestión de la cooperación en las fronteras exteriores (Frontex), con un presupuesto de 85 millones de euros, de los que 50 están destinados a misiones operativas, incluidas dos en Italia, una en colaboración con Grecia y la otra con Malta.
El próximo 2 de diciembre entrará en funcionamiento un nuevo instrumento europeo llamado Eurosur, que será discutido y votado esta semana en el Parlamento europeo. Drones, satélites y cámaras de alta resolución podrán detectar barcos en alta mar y se podrá evitar que vuelva a suceder otra tragedia como la de Lampedusa.
La peligrosa travesía del Mediterráneo
Los 300 fallecidos que posiblemente sea el trágico balance de este naufragio hay que añadirlos a los 17.000 inmigrantes muertos en los últimos 20 años tratando de llegar a Europa. Es el cálculo de la organización United for intercultural action, con sede en Ámsterdam, con datos extraídos de la prensa e información de otras asociaciones.
Un cálculo muy por encima ya que los barcos desaparecen en el mar sin dejar rastro. La ruta más peligrosa es la marítima con 6.000 muertos entre Sicilia, Malta, Lampedusa y la costa libia. Las muertes aumentaron en 2011, cuando el estallido de las primaveras árabes y la intervención en Libia.