En una entrevista con el diario alemán Die Welt, la canciller alemana, Angela Merkel, respondía a una pregunta del entrevistador diciendo que Francia e Italia deben hacer más reformas antes de que la Comisión Europea termine de revisar en marzo si sus presupuestos para 2015 cumplirán con el déficit.
Desde el año pasado la Comisión Europea revisa los borradores de presupuestos nacionales para vegilar que cumplen con los requisitos de déficit y deuda. La Comisión dijo que Francia corre el riesgo de no cumplir con el déficit e Italia se resiste a poner en marcha más medidas para reducir su deuda.
Pero una cosa es decirlo y otra poner multas, sobre todo cuando Jean-Claude Juncker habla de medidas para el crecimiento. Así que la Comisión lo ha dejado para marzo a ver si entre tanto los dos países entran en vereda por sí mismos.
Pero Angela Merkel no ha podido resistir la ocasión de llamar al orden e Italia ha salido respondona. Sandro Gozi subsecretario italiano para Asuntos de la UE, ha dicho en un comunicado que es «lamentable» que a Merkel le parezcan insuficientes las medidas adoptadas por el primer ministro, Matteo Renzi.
Ha añadido que «El Gobierno italiano nunca se ha permitido poner notas a un país miembro de la Unión Europea y pedimos a Alemania que tenga el mismo respeto» y dice más «Quizá la canciller Merkel se debería centrar en la demanda interna de Alemania, en su falta de inversiones o en sus desequilibrios en la balanza de pagos. Sería una contribución importante que Europa ha estado esperando de Berlín por largo tiempo y que hasta ahora no ha sucedido».
Italia no está para muchos comentarios ajenos, especialmente ahora que S&P acaba de rebajar la calificación de su deuda soberana de BBB a BBB-, solo un escalón por encima del bono basura por su débil crecimiento económico y poca competitividad que afectan a su enorme deuda pública.
En cuanto a Francia, no ha dicho nada. Su ministro de Finanzas, Michel Sapin, estuvo la pasada semana en Berlín y dijo que su país haría lo suficiente para cumplir con los requisitos de la UE, aunque su prioridad es impulsar el crecimiento. Poco más tarde Francia anunciaba que reduciría el déficit a un 4,1 por ciento en 2015, gracias a unos ahorros adicionales.