La Unión Europea publicó este viernes 19 en el diario oficial las nuevas directrices para que los 28 estados miembro no adjudiquen ninguna financiación, subvención, beca o premio a entidades israelíes con sede en los territorios palestinos a partir de 2014 y durante siete años. El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha anunciado que Israel y Palestina iniciarán negociaciones de paz antes de septiembre.
Cuando la Unión Europea comienza a deslegitimar las colonias judías en los territorios palestinos ocupados, ciudadanos israelíes partidarios de la solución de dos estados encabezan su propia campaña de boicot contra el asentamiento cisjordano de Ariel, en el que residen unas 20.000 personas.
Además, los futuros acuerdos con Israel establecerán que los territorios palestinos no forman parte del estado judío y, por tanto, quedarán excluidos de los mismos.
En junio, McDonald's Israel rechazó una oferta para abrir un restaurante en el primer centro comercial que se construirá en Ariel. La multinacional tiene 170 sucursales en el país, de las cuales 40 son kosher.
El dueño de la cadena de comida rápida es Omri Padan, fundador del movimiento Paz Ahora, que aboga por la solución de dos estados al conflicto palestino-israelí.
Su presidente, Yariv Openheimer, considera ambas decisiones como «éticas y legítimas».
«El gobierno israelí libra una batalla perdida, la del consenso internacional de que la ocupación debe terminar», dijo Openheimer a IPS. «Israel no puede obligar a las personas ni a las empresas a participar en actividades en los asentamientos», apuntó.
Mientras tanto, en Ariel...
Tras un ejercicio de infantería de cuatro días en esta zona, los reclutas israelíes dejaron un montón de rifles de asalto en el césped que rodea una piscina municipal y se reunieron alrededor de una parrilla.
«Esa es una hamburguesa de Ariel», bromeó un soldado, refiriéndose a que la cadena de comida rápida los dejó sin acceso al emblemático Big Mac.
Por su parte, el alcalde de Ariel, Eliyahu Shaviro, declaró: «Nos oponemos a todo boicot».
El Consejo de Comunidades Judías de Judea y Samaria, organización que reúne a los asentamientos de Cisjordania, reclama que «se detengan todos los proyectos europeos para los palestinos hasta que la UE anule la decisión unilateral».
«No son boicots contra Israel», puntualiza Openheimer. «Muchos israelíes también están en contra de los asentamientos y no compran su producción, en especial desde que se interrumpieron las conversaciones de paz», en 2010.
El movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones no tiene muchos adeptos entre los israelíes favorables a la paz, quienes sospechan que la iniciativa no está dirigida solo contra los asentamientos, sino contra el propio Israel.
Ariel es una de las colonias donde se concentra la campaña de boicot.
En 2011, unos 145 académicos contra la expansión de asentamientos anunciaron medidas contra la Universidad de Ariel, con 18.500 personas entre estudiantes y personal docente, pero fue casi en vano. Hace seis meses, el gobierno reconoció oficialmente a ese centro de estudios.
Varios actores, autores y directores se niegan a trabajar en el Centro de Artes Escénicas, inaugurado hace tres años.
Muchas compañías reubicaron sus fábricas de la zona industrial de Barkan, la más grande de Cisjordania, cerca de Ariel. Entre ellas se destacan Barkan Winery, Multilock y Bagel-Bagel.
«Los árabes pueden recaer en un ciclo de violencia si están desempleados», alerta Shaviro. «No debemos apuntar contra la educación, la cultura o las empresas. Debemos preservar la coexistencia y el tejido social», añade.
Pero Openheimer replica: «Los colonos se aprovechan de la mano de obra palestina barata. Obtienen beneficios considerables de una coyuntura política viciada».
¿Por qué Ariel y no otros?
«Los residentes de Ariel no son colonos por convicción ideológica, son solo ciudadanos comunes que se mudaron aquí por el precio de la vivienda», explica Openheimer.
«Los colonos invierten mucha energía para crear un símbolo de normalidad, como si Ariel se pareciera a Tel Aviv. Muchos israelíes creen que los asentamientos están en Israel, pero no lo están, y el boicot les recuerda eso mismo», explica.
«El Estado nos mandó aquí. Estamos en el centro del consenso nacional», nos dice Shaviro. «Quien se niegue a visitar Ariel no nos hace falta», añade.
En respuesta a la decisión unilateral adoptada por Ariel Sharon cuando fue primer ministro (2001-2006) de retirar soldados y colonos de la franja de Gaza hace ocho años, el expresidente de Estados Unidos, George W. Bush (2001-2009), declaró en una carta: «A la luz de las nuevas realidades en el terreno, incluidos los grandes centros poblados israelíes existentes, no es realista pensar que el resultado de las negociaciones sobre el estatus final sea el regreso total y completo a las fronteras previas a 1967».
La referencia a «grandes centros poblados» significa que en el marco de la solución de dos estados al conflicto palestino-israelí, Estados Unidos aceptaría que Israel anexionara los barrios judíos de Jerusalén oriental y cuatro asentamientos, entre ellos Ariel.
Si se incorporara a Israel, el enclave de Ariel sería solo eso, un enclave en medio del futuro estado palestino. «La gente que construyó Ariel (en 1978) sabía que tenía el poder de impedir la creación de un futuro estado palestino», opina Openheimer.
A diferencia de Bush, el presidente Barack Obama declaró en 2011: «Las fronteras de Israel y Palestina deben basarse en las de 1967 con un intercambio territorial de mutuo acuerdo», aunque no se refirió a los asentamientos.
«Hay un gran acuerdo nacional de que Ariel forma parte de Israel, con o sin paz», alega Shaviro.
Cuando terminó un período de 10 meses en que se interrumpió la construcción en los asentamientos a finales de 2010, se realizó en Ariel un proyecto de barrio con casas con jardín.
Hay en total unas 650 viviendas en construcción. La universidad está terminando su nueva biblioteca y ampliando su campus. Hay un auge de la construcción.
«No se ha otorgado ni un solo permiso de construcción en todo un año», dice el alcalde. «Espero que el gobierno amplíe los asentamientos».