La adhesión de Islandia podría producirse dentro de tres años, antes hay importantes escollos que salvar: los más importantes la pesca y la agricultura.
Los 5.000 pescadores islandeses, que en 2008 capturaron ellos solos cerca de 1,3 millones de toneladas de pescados, equivalente a la cuarta parte de la pesca total en la UE, temen la competencia de los pesqueros de los países miembros. La pesca representa el 36,6 de las exportaciones de la isla.
Las negociaciones se producen en un momento en el que varios Estados, como Dinamarca o Francia, critican la política de cuotas de la Unión. Si todo sigue igual que hasta ahora en la legislación pesquera islandesa sería el único país de la Unión Europea en el que está permitida la caza comercial de ballenas. Sólo tres países en el mundo continúan matando estos cetáceos, Noruega e Islandia que lo hacen abiertamente con fines comerciales y Japón que se escuda tras la coartada de «fines científicos»
En cuanto a la agricultura, el cerca de un millar de granjeros islandeses que producen carne y sobre todo leche subvencionados por su gobierno, temen que la adhesión dé paso a la importación de productos a bajo precio.
Islandia tiene a su favor su situación a orillas del círculo ártico y el Polo Norte se ha convertido en un territorio de primordial importancia desde el punto de vista del medio ambiente y económico. Por otra parte Islandia no habría llamado a las purtas de Europa si no se hubiera visto en la bancarrota a causa de la crisis.