Es la primera vez en la Historia que el uso de internet resulta decisivo en la elaboración de una constitución. El gobierno islandés ha abierto una página web, en islandés e inglés, dedicada exclusivamente a la reforma constitucional, en la que los ciudadanos pueden ir viendo los nuevos artículos incluídos. A la vez, se cuelgan en Facebook y Twitter, para que se hagan las consideraciones oportunas.
Los islandeses comentan cómo debe recoger su Carta Magna el respeto a los derechos humanos, la libertad de prensa, la religión, la sanidad o la educación, incluyendo en algunos apartados varias opciones posibles. Igualmente, ellos decidirán cómo será la vida parlamentaria, la formación de gobierno o la política exterior del país.
«El pueblo ve la Constitución tomar forma ante sus ojos», dice Thorvaldur Gylfason, miembro del consejo constitucional, quien asegura que hay muy buena voluntad en las aportaciones ciudadanas y que están siendo de gran ayuda.
El canal Youtube también tiene su misión. Allí se difunden periódicamente entrevistas con los miembros del consejo, que incluye a abogados, matemáticos, periodistas, granjeros, empresarios y sindicalistas, elegidos entre un total de 500 candidatos. Los seleccionados comenzaron a trabajar en febrero siguiendo las recomendaciones previas que se habían hecho en asambleas celebradas por todo el país. Su proyecto de Constitución se llevará al Parlamento islandés y el texto final se someterá a consulta popular.
La Constitución islandesa es una adaptación de la de Dinamarca, país del que se independizó en 1944, y nunca ha sido revisada en su conjunto, aunque sí se han introducido modificaciones parciales.