Isabel II de Inglaterra ha demostrado como una monarquía sobrevive a través de los siglos. Sentada cerca de donde uno de sus predecesores, el rey Carlos I, fue condenado a muerte por tiranía y traición en 1649, ha celebrado 60 años en el trono con un discurso ante el Parlamento en la sala medieval. Pocos mortales han tenido el honor de dirigirse a los Lores y los Comunes en el Hall de Westminster. En las últimas décadas solo lo han hecho Charles de Gaulle, Nelson Mandela, Benedicto XVI y Barak Obama.
En el jubileo de plata en 1977 la reina hizo una defensa de la unidad del Reino Unido. Ahora a dos años posiblemente de un referéndum de independencia en Escocia, no ha hecho ninguna mención. A diferencia de aquel año la ceremonia ha sido menos pomposa, aunque ha estado marcada por la fanfarria de trompetas y todo el boato que merecía la ocasión.
Desde que llegó al trono ha firmado más de 3.500 proyectos de ley y ha tratado con 12 primeros ministros, los 3 últimos estaban presentes en el acto: Tony Blair, Gordon Brown y David Cameron.
Antes de que la soberana pronunciara un breve discurso, los presidentes de las dos cámaras, la Baronesa D'Souza, por los lores, y John Bercow, por los comunes, le han agradecido los sesenta años de servicio que han ayudado a transformar el Reino Unido. La monarca ha recibido un regalo de los parlamentarios, una vidriera con el escudo de armas de la soberana, creada con 1.500 piezas de cristal, y diseñada por el artista británico John Reyntiens.
En 60 años el Reino Unido ha cambiado mucho. Cuando Isabel sucedió a su padre, el rey Jorge VI, hacía 5 años que la India se había independizado y había comenzado el desmoronamiento del imperio británico. Aun así sigue siendo la reina de otros 15 países de la Commonwealth.
El acto de jubileo se ha celebrado en el salón más antiguo del extenso palacio de Westminster, un edificio que ha sobrevivido a los incendios y bombardeos que han puesto en peligro varias veces ese majestuoso palacio. Todo un símil de la misma realeza británica, que se ha sobrepuesto a todo tipo de escándalos.