El gobierno irlandés se ha resistido hasta el último momento a reconocer que podía caer en bancarrota para salvarse políticamente pero, como casi todos los observadores sabían, ha tenido que ceder. El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, ha anunciado este domingo: «Voy a recomendar al Gobierno que solicite el programa y abra negociaciones formales» con la Comisión europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional para acogerse al fondo de rescate de 750.000 millones de euros.
Lenihan no ha querido concretar la cifra que se pedirá, aunque se calcula que se aproximará a los 100.000 millones de euros, ni si se formulará como un rescate a su maltrecho sector bancario o incluirá déficit y deuda. El gobierno irlandés celebra este domingo una reunión extraordinaria para concretar la petición de ayuda que quiere hacer coincidir con un durísimo plan de ajuste presupuestario. Uno y otro asunto se harán públicos el lunes o el martes.
Dublín lo presenta como una iniciativa propia, pero está claro que será la contrapartida exigida por la UE y el FMI para conceder el dinero. Se trata de reducir el déficit en 15.000 millones de euros entre 2011 y 2014, es decir, un 10% de su PIB y va a exigir más que sacrificios a los irlandeses. Se prevén recortes sociales y salariales –el salario mínimo irlandés es de los más altos de Europa- y una subida general de impuestos, entre ellos, el de sociedades, que ahora es la mitad que la media europea y que permitió a Irlanda atraer grandes inversiones extranjeras.
La crisis ha arrastrado al gobierno del Fianna Fail hasta unos niveles mínimos de popularidad y la prensa de Dublín ataca duro pidiendo la dimisión del primer ministro, Brian Cowen, por su incapacidad para gestionar las vacas flacas. Irlanda crecía en 2007 al 6% de su PIB y en 2008 fue el primer país europeo en entrar en recesión. La causa principal, el desembolso de 50.000 millones de euros para rescatar a los bancos que durante años financiaron una enorme burbuja inmobiliaria y cayeron con las subprime norteamericanas. La consecuencia, un déficit del 32% previsto para este año.
Los ministros de Finanzas del Eurogrupo y del conjunto de los 27 han seguido por vídeoconferencia lo que estaba pasando en Dublín y negociando ya las condiciones del rescate. Desde el pasado jueves una misión de la UE y del FMI analizaba en la capital irlandesa la situación para anticiparse ante la posible petición de rescate que ya se ha confirmado.