El Gobierno de Irlanda ha concretado las medidas de austeridad que va a adoptar en los próximos cuatro años, condición indispensable para tener acceso al paquete de rescate financiero del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea que llegará a los 85.000 millones de euros.
El Ejecutivo irlandés afirma que debe ingresar durante los próximos cuatro años 10.000 millones de euros. La mitad los conseguirá con una reducción del gasto público y la otra mitad con una reforma profunda del régimen fiscal. La primera fase comenzará con la presentación de los presupuestos para 2011 el próximo 7 de diciembre, si no fueran aprobados por el Parlamento, Irlanda no recibiría las ayudas del FMI y de la UE. Con esos recortes calcula reducir el déficit público hasta el 9,1% del PIB el año próximo, este se cerrará con un 32% como consecuencia de los 35.000 millones de euros que el Gobierno ha inyectado en el sector bancario.
Entre las medidas previstas está la disminución de un euro del salario mínimo interprofesional, si se le añade el IVA, que será del 22% hasta 2013 y del 23% en 2014 generará al Estado unos ingresos de unos 620 millones de euros, también eliminará 24.750 puestos de trabajo en el sector público y reducirá las ayudas sociales en 2.800 millones de euros.
Las tasas universitarias subirán hasta los 2.000 euros anuales y se instalarán contadores de agua en todos los hogares para cobrar un nuevo impuesto antes de 2014. Los impuestos sobre la renta volverán a los niveles de 2006 y el gasto público a los de 2007. Las pensiones continuarán igual pero la edad de jubilación subirá a los 66 años en 2014 hasta llegar a los 68 en 2028.
El ministro de finanzas, Brian Lenihan, ha confirmado que no se elevará el controvertido impuesto de sociedades, el más bajo de la UE, que Dublín considera crucial para atraer inversiones extranjeras.