Sanciones estadounidenses contra instituciones financieras de Teherán, maniobras iraníes en el Golfo Pérsico, despliegue de la Quinta Flota estadounidense, amenaza de cierre del estrecho de Ormuz (por donde pasa la mitad del petróleo que se consume en el mundo), pruebas con lanzamiento de misiles de Irán.
En los últimos días, toda una sucesión de demostraciones de fuerza ha hecho aumentar la escalada de tensión entre Irán y Estados Unidos, con la UE mirando atenta a los acontecimientos en los que se indirectamente se ve involucrada.
Los ministros europeos de Exteriores tienen un mandato del último Consejo Europeo para endurecer las sanciones contra Irán como una prioridad que debe cumplirse antes del 30 de enero.
No se concretaron entonces las medidas, pero este martes, el ministro francés, Alain Juppé, ha pedido a sus socios comunitarios que se pongan de acuerdo para imponer un embargo a la exportación de petróleo iraní y para congelar los activos del Banco Central del país. Sin embargo, el alcance de las sanciones es motivo de discrepancias entre los 27, algunos de los cuales valoran las peligrosas consecuencias que podría tener la petición francesa.
La UE seguiría los pasos del presidente de EEUU, Barack Obama, quien el pasado sábado firmó la ley que establece nuevas sanciones al régimen iraní. El Consejo de Seguridad de la ONU ha impuesto ya cuatro rondas de sanciones a la República islámica por negarse a detener su programa nuclear, pero Teherán insiste en que el objetivo de ese programa no se realiza para fabricar bombas, en contra de lo que constata la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
Irán juega a varias bazas y este martes ha pedido a la Unión europea que proponga una fecha y un lugar para reanudar las conversaciones con el grupo 5+1, que integran los cinco países con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Francia, más Alemania.
La petición ha sorprendido en Bruselas porque aún espera respuesta a una carta enviada en octubre con el mismo objetivo por la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Hoy, su portavoz, Michael Mann, ha dicho que «estamos listos para tener conversaciones con Irán sobre su programa militar si este no obedece a razones militares». La UE considera imprescindible que Irán responda a esa carta y reaccionará según el contenido de la respuesta.