En julio la Unión Europea extremó las sanciones para obligar a Teherán a no desarrollar el programa nuclear. En medio año las exportaciones han aumentado cerca de un 1,4 millones de barriles por día, según un informe realizado por Reuters. El sector cree que cuando Estados Unidos imponga nuevas sanciones las ventas se reducirán.
En un principio las sanciones supusieron un duro revés para la economía iraní, los ingresos cayeron miles de millones de dólares, lo que también arrastró a la moneda. Pero el aumento de la demanda en China, India (que ha crecido un 29 por ciento sus importaciones) y Japón ha permitido al país aumentar su producción y por lo tanto sus ingresos, especialmente durante los últimos meses de 2012.
Las sanciones de la UE afectaban también a la posibilidad de que los petroleros de empresas europeas pudieran trabajar con Irán, imposibilitando incluso que las compañías europeas pudieran asegurar el transporte de crudo. Las empresas sortean la prohibición ocultando los movimientos de sus barcos a los gobiernos occidentales apagando las señales que les conectan a los satélites.
Teherán ha conseguido conseguido comprar barcos a China para poder hacer frente a la demanda. Los expertos no creen que Estados Unidos, el mayor interesado de frenar el programa nuclear iraní, obligue a China a tomar medidas tan drásticas como las que ha realizado la Unión Europea.
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