La clave se encuentra en unas nanomoléculas, llamadas dendrinos, que se unen a las proteínas del VIH impidiendo que se trasmita. Lo ha explicado la investigadora Mª Ángeles Muñoz, del Hospital Universitario Gregorio Marañón donde su equipo trabaja ya con ratones humanizados y espera conseguir financiación suficiente para certificar «si funciona o no y comenzar los protocolos preclínicos y clínicos».
«Lo que estamos desarrollando es algo que prevenga la transmisión, algo sencillo que se pueda aplicar en todos los países, que no impida que por motivos religiosos no se pueda utilizar», ha asegurado Muñoz. «Se está intentado crear un gel o una crema con un porcentaje de dendrímero suficiente como para que cubra la vagina o el recto e impida que el virus la atraviese, que se pueda aplicar horas antes del acto sexual, así como que no impida la mutilidad de los espermatozoides y te puedas quedar embarazada para aquellas personas que religiosamente consideran que no deben evitarlo», ha detallado la investigadora.
De momento, las pruebas con animales han demostrado que el gel no produce irritación ni inflamación y que, combinado con un tratamiento antiretroviral inhibe al 100% tanto a nivel de células epiteliales como del sistema inmunológico».
La vacuna contra el sida, a largo plazo
Dentro del curso 'Nuevas tecnologías en las terapias frente a las infecciones' que se ha celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander, los científicos han recordado que en España el 80% de las infecciones con VIH lo son por trasmisión sexual y sólo el 2% se produce de madre a hijo. «La vacuna profiláctica es una tarea pendiente, difícil de conseguir tanto por las características del virus como del sistema inmunológico. Se está trabajando en otro tipo de vacunas terapeúticas, en combinaciones de fármacos, pero en la vacuna en sí, se debe continuar investigando pero más a largo plazo», ha dicho Muñoz.
El gel está basado en nanomoléculas, los dendrímeros, una tecnología que «va a jugar un papel fundamental en la medicina de los próximos años porque te permite un diagnóstico precoz de muchas enfermedades, con lo que el tratamiento llega antes y la enfermedad avanza menos», aseguran los investigadores.
España es un buen referente de trabajo con nanomedicina pero, como ha explicado Mª Ángeles Muñoz, «con los recortes en las ayudas y las subvenciones a la investigación o colaboramos con otros países o no avanzamos». A pesar de los importante recortes Muñoz ha recordado que «España es uno de los países donde se están creando patentes y generando empresas de nanotecnología».
La crema desarrollada por el equipo del Gregorio Marañón no tiene, de momento, un coste calculado de venta al público y serán las empresas farmaceúticas quienes lo valorarán. Por ahora, según Muñoz, «el gel que elaboramos en el laboratorio sale muy barato». Es más, como ha explicado la investigadora, se está intentando que el gel se base en una baja cantidad de dendrímero mezclado con algún retroviral no sólo para que tenga un mayor efecto sino porque al bajar las concentraciones se bajan los precios y se puede aplicar a nivel mundial. «La pandemia tiene que disminuirse a nivel mundial no local», ha añadido Muñoz.