Además de la ya conocida acumulación de basura plástica del Pacifico Norte, estos expertos han comprobado la existencia de acumulaciones similares en el centro del Atlántico Norte, el Pacífico Sur, el Atlántico Sur y el Océano Indico. Y han llegado más allá, han señalado que las aguas superficiales del centro de los océanos podrían no ser el destino final de los residuos plásticos, ya que grandes cantidades de microplásticos están pasando a la cadena alimenticia marina y a los fondos oceánicos.
Este trabajo, liderado por la Universidad de Cádiz y vinculado al Campus de Excelencia Internacional del Mar, es artículo de portada de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés), una de las publicaciones científicas más importantes del mundo.
Según este estudio, la cantidad global de plástico acumulado sobre la superficie de los océanos es de decenas de miles de toneladas. «Estos microplásticos influyen en el comportamiento y en la cadena alimenticia de los organismos marinos. Por un lado, los pequeños fragmentos plásticos a menudo acumulan contaminantes que, en caso de ingesta, pueden pasar a los organismos durante la digestión.
De igual forma, pueden darse obstrucciones gastrointestinales, que son otro de los problemas más frecuentes con este tipo de residuos. Por otro lado, la abundancia de fragmentos plásticos flotantes permite a muchos organismos pequeños navegar y colonizar lugares hasta ahora inaccesibles para ellos. Pero, probablemente, la mayor parte de los impactos que está causando la contaminación por plástico en los océanos no se conocen todavía», explica el profesor e investigador de la UCA Andrés Cózar.
Mientras los objetos plásticos son transportados por las corrientes oceánicas, se resquebrajan y rompen en fragmentos cada vez más pequeños debido a la radiación solar. Sin embargo, los pequeños fragmentos de plástico (conocidos como microplásticos) pueden llegar a durar cientos de años. Los residuos plásticos encontrados en la superficie de los océanos son principalmente polietileno y polipropileno; polímeros utilizados en productos tales como bolsas, contenedores de bebida y comida, envoltorios, utensilios del hogar o juguetes.
Para poder llegar a estas conclusiones y obtener la primera estimación global de la cantidad de plástico flotante existente sobre la superficie de los océanos, este equipo de investigadores, liderados por Andrés Cózar, se ha centrado en el análisis de todas las muestras que se tomaron en aguas del océano abierto durante la Expedición Malaspina en 2010.
Unas muestras recogidas alejadas de la costa y de núcleos urbanos, pero en las que, a pesar de ello, aparecieron plásticos flotando, de hecho esta basura plástica se encontró «en el 88% de la superficie oceánica muestreada. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la escala planetaria de la problemática de la contaminación por residuos plásticos», como indica el investigador de la Universidad de Cádiz.
Con la finalidad de atajar este problema de contaminación a escala mundial, desde la Universidad de Cádiz se insiste en la necesidad de dar un paso más y «además de llevar a cabo una retirada selectiva de residuos en las costas y los océanos, habría que llegar a la raíz del problema, es decir, la entrada masiva y continuada de plástico en los océanos».
Asimismo, «es necesario que los productos plásticos incorporen un diseño que realmente permita hacer un uso sostenible de este material. La inversión en investigación para reducir, reutilizar y hacer realmente reciclable el plástico de los productos comerciales creo que no solo es una medida necesaria desde el punto de vista ambiental, sino que también es una inversión rentable desde el punto de vista comercial. Los océanos ya no son lo suficientemente grandes para esconder toda la basura plástica que generamos», afirma el profesor Andrés Cózar.