Oficialmente Europa quiere a los inmigrantes y además los necesita. Es el mensaje que los 27 han lanzado en Zaragoza, donde se ha celebrado la Conferencia ministerial de integración.
La Declaración aprobada persigue elaborar una política comunitaria que tenga como eje transversal a la inmigración y quieren que los Estados estén obligados a cumplirla. Se elaborará un proyecto para evaluar las políticas de integración, con unos módulos comunes que sirvan para establecer medidas nacionales o locales, como cursos de acogida y clases de lengua.
Los 27 animan a los Estados a invertir en barrios con elevada concentración de extranjeros para crear un sentimiento de pertenencia, «puesto que es esencial que los inmigrantes participen en todos los aspectos de la vida social, económica y cultural. Por tanto consideran importante que los ayuntamientos tengan capacidad para gestionar mejor la diversidad y luchar contra el racismo.»
La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, ha dicho que «es muy fácil que los inmigrantes sean la cabeza de turco en crisis económica», de modo que conviene «desarrollar más a fondo la idea esencial de la integración como motor de desarrollo y cohesión social».
Malmström ha anunciado también que la Comisión prepara una directiva sobre empleo estacional, para regular a nivel europeo la contratación de inmigrantes en trabajos temporales. Se trata, dice, de «mejorar su situación y el respeto a sus derechos ya que muchas veces llegan en condiciones horribles y están explotados».
Buenas palabras y, seguramente buena intención política, aunque en una Conferencia sobre Inmigración se ha echado de menos un debate sobre las políticas de acceso de la inmigración o el problema de los sin papeles. euroXpress