El día 8 de marzo en las islas noruegas de Svalbard, viven un momento especial. Ven el primer rayo de sol después de meses de invierno en total oscuridad. Como es de suponer sus 2.000 habitantes, que están a medio camino de Noruega y el Polo Norte, en pleno círculo polar Ártico, lo celebran a lo grande. Ese mismo día una mujer, 'Calamity' Ashton, viajaba hacia el lejano norte y no para ver precisamente las primeras luces de la primavera ártica, sino las consecuencias del cambio climático en esas regiones. Irónicamente un cambio que puede suponer la llegada de grandes inversiones económicas.
El deshielo puede «favorecer» la explotación de gas y petróleo y abrir el Ártico a la navegación marítima durante todo el año. La responsable de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha reafirmado el interés estratégico, económico y medioambiental que tiene esta región para la UE y ha visitado explotaciones mineras, instalaciones de tecnología espacial, bases de telecomunicaciones y expediciones científicas que trabajan allí. Bruselas no sólo está debatiendo con Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca las políticas relacionadas con el Polo Norte, sino que quiere ser observador permanente en el Consejo del Ártico.
Otra comisaria ha viajado a tierras más calientes y menos prósperas. Kristalina Georgieva ha visitado el hospital de Brazzaville en donde centenares de personas sufren graves lesiones tras la explosión de un arsenal en la capital de la República del Congo. Pocas imágenes hemos podido ver sobre este desastre. Pero miles de personas han perdido sus casas y tienen que buscar refugio en unos jardines próximos a la catedral. Tampoco hay imágenes de los miles de desplazados en las zonas montañosas de su vecina República Democrática del Congo. La comisaria de Ayuda Humanitaria ha vuelto a recordar ese drama olvidado. Y ha anunciado que se va a ampliar la flota de helicópteros que transporta alimentos y medicinas hacia Kivu Sur .
En esa zona son frecuentes los ataques de grupos armados, como el ugandés Ejército de Resistencia del Señor (LRA), por lo que la seguridad es una «enorme preocupación» para las agencias que intentan transportar efectivos y equipos por tierra. Una de las imágenes de esta semana era la del líder del LRA, Joseph Kony, el llamado «monstruo de Uganda» que siembra el horror en África desde hace 26 años. Ha secuestrado a más de 40.000 niños a los que convierte en soldados o esclavas sexuales. Desde 2005 es el criminal más buscado por la Justicia Internacional, pero una ONG se ha propuesto detener sus atrocidades y ha lanzado a la red social en su búsqueda. En pocos días un vídeo de 30 minutos, ha conseguido atraer la atención de 26 millones de personas en el mundo. Una campaña , no exenta de cierta polémica, pero que ha recuperado para el debate social una cruda realidad, denunciada desde hace años por el Tribunal Penal Internacional y ONG,s. Ver el vídeo en YouTube
Las redes sociales, han obligado a la UE a retirar un vídeo polémico. Una estación desierta y una mujer blanca vestida de amarillo. La rodean tres hombres (un asiático, un árabe, y un brasileño). Todos ellos en actitudes ¿amenazantes? La mujer cierra los ojos y se convierte en doce estrellas doradas (la imagen de la UE) que rodea a los tres personajes ya más calmados. No es una película. Es un clip promocional de la CE a favor de la ampliación, al que se ha acusado de racismo. Bruselas ha cortado por lo sano. Ha retirado el vídeo y ha pedido disculpas por las posibles ofensas.
Y ya que mencionamos a los países fronterizos de la UE, acabamos con el siempre «inclasificable» festival de Eurovisión. Un año más da que hablar, y este por varios motivos. Se celebrará en Azerbayán y ya se han alzado voces para boicotearlo porque su gobierno no sólo está acusado de violar los derechos humanos sino que ha desahuciado a decenas de personas del barrio donde se va a celebrar el festival. Pero de lo que más;se habla es de algunos de sus candidatos. Este año parece que va a apostar por la tercera edad. Rusia va a enviar a un sexteto que suma más de 500 años. Son «Buranovskiye Babushi», unas simpáticas abuelas de la República de Udmurtia, que cantarán «Fiesta para todos»; compuesto en lengua udmurta. De momento se han impuesto a otros 24 aspirantes. Si superan la semifinal irán a Bakú el 22 de mayo. Allí se encontrarán con otro «abuelo», el británico Engelbert Humperdinck, de 75 años, que representará al Reino Unido, uno de los países del Big Five en la final. Queriendo o sin querer el festival de Eurovisión se suma al «año europeo del envejecimiento activo».