Detrás de la campaña y a través de sus fundaciones están algunos de los grandes grupos económicos del país: Allianz, Bertelsmann, BMW, Robert Bosch, Schwarzkopf o Volkswagen, que dicen trabajar en distintos proyectos para profundizar en la integración europea. Para ganar visibilidad, participan en la promoción conocidos personajes de la vida alemana, desde el excanciller Helmut Schmidt, hasta el capitán de la selección de fútbol, Philip Lahm.
Se proponen convencer a los desencantados alemanes con información en prensa, internet y anuncios en televisión, de las bondades de la UE. «La crisis de la deuda europea no es sólo una crisis del sistema financiero europeo, sino una crisis de la idea europea y Europa aporta importantes ventajas para Alemania. La iniciativa «Quiero Europa» por lo tanto pretende llamar la atención sobre estos beneficios, con los que se han alcanzado logros considerables, y sobre el futuro de Europa», dicen los promotores en la presentación en su página web.
Se habla de la unión monetaria, el mantenimiento de la paz, la promoción de la cultura, la protección del clima, de los consumidores o el fortalecimiento de los derechos humanos o laborales como un proyecto europeo que «está vivo», pero que necesita a los ciudadanos para sobrevivir.
La campaña quiere ser participativa. Se reconoce que los alemanes están perdiendo la confianza en Europa y se hace un llamamiento para que los ciudadanos interactúen y cuenten sus experiencias en relación a Europa. La canciller Merkel intervino esta semana y se mostró como la más europeísta de los alemanes: «Europa no es solo una cuestión de la mente, es y seguirá siendo un asunto del corazón».