Iberia dice que pierde 1,7 millones de euros diarios y en lo que va de año ha registrado pérdidas récord de 262 millones de euros. Por eso, Willie Walsh, consejero delegado de IAG (el grupo resultante de la fusión de Iberia y British Airways), dice que «este plan de restructuración es crítico para Iberia y para el futuro de España. Una Iberia fuerte rentable, puede crear empleo y estimular el turismo, un sector clave para la recuperación económica en España».
Además de los 4.500 despidos, que afectarán a todas las categorías, habrá ajustes salariales para el resto de la plantilla, hoy formada por 20.000 trabajadores. Iberia también prescindirá de 25 aviones y se centrará únicamente en las rutas rentables, con lo que reducirá en un 13% sus operaciones.
A esto se sumarán nuevas iniciativas comerciales y una nueva estrategia para competir con las compañías de bajo coste. El resultado previsto de la operación es mejorar en 600 millones de euros para 2015 y conseguir que Iberia vuelva a tener beneficios. El 31 de enero es la fecha límite que la empresa se pone para alcanzar un acuerdo con los sindicatos.
Los planes de restructuración se conocen solo dos días después de que IAG lanzara unaoferta pública de adquisición sobre Vueling por un importe de 113,4 millones de euros. La idea es que la compañía low cost se mantenga como operadora independiente con un modelo de negocio distinto al del resto de sociedades del grupo.