La Comisión Europea ha mostrado su satisfacción por la disposición del gobierno húngaro a modificar su controvertida ley de Medios de Comunicación, de forma que sea compatible con la legislación comunitaria, sin tener que recurrir a la apertura de un procedimiento de infracción.
Bruselas envío a Budapest una carta con los puntos de ley que no parecían adaptarse al derecho de la UE, fundamentalmente, la obligación de registro para todos los editores de contenidos y las multas establecidas a los medios que no ofrezcan una información equilibrada. Un organismo de control, formado por personas próximas al gobierno, se encarga de vigilar ese equilibrio informativo.
La Comisión Europea considera que en su actual redacción, la ley es desproporcionada y constituye una restricción del derecho fundamental a la libertad de expresión e información.
El portavoz de la Comisión, Jonathan Todd, confía en la clara disposición del gobierno húngaro para discutir esos puntos y se prevé una reunión entre ambas partes lo antes posible para encontrar una solución. Bruselas cree que será cuestión de semanas.
Hungría ha rechazado siempre las críticas internacionales y ha negado que pretendiera establecer un sistema de censura en sus medios de comunicación, pero también ha aceptado siempre que, si la UE detectaba incompatibilidades, modificaría la ley.
En cualquier caso, el episodio se ha convertido en el último mes es un escándalo que ya ha enturbiado el comienzo de la presidencia húngara de la UE y ha sido un duro golpe para el gobierno conservador de Viktor Orban, quien ha tenido que soportar continuas protestas en su país, la descalificación de las organizaciones de periodistas, de varios gobiernos europeos y una fuerte bronca en la Eurocámara por parte de la mayoría de los grupos parlamentarios.