El Gobierno francés lo había anunciado ya en febrero, aunque François Hollande no lo había dicho en público hasta este martes. Ha sido en Dijon donde se encuentra en una gira con la que pretende congraciarse con sus electores. Con solo 10 meses en el cargo está en el nivel más bajo de aceptación que haya tenido un líder francés en 30 años.
Hollande afirma que renuncia a cumplir con el déficit para reducir el paro que ha llegado al 10,6 por ciento, el máximo en 13 años, y crecer. Pero tendrá que continuar con los recortes, 5.000 millones en los ministerios este año. Recordó que en 2011 el déficit era superior al 5 por ciento y que en estos momentos paga los intereses más bajos de su historia.
El Parlamento, en el que hay mayoría socialista, tiene previsto aprobar una ley el próximo mes basada en un acuerdo entre la patronal y los tres principales sindicatos que permitirá a las empresas reducir las horas de trabajo y el sueldo.
A pesar de todo, François Hollande, se ha mostrado optimista. Ha dicho que lo peor de la crisis ha pasado «La crisis ha sido dura. Hablo en pasado, porque vamos a salir. Si llevamos a cabo la buena política en Europa y en Francia lograremos nuestros objetivos».