Dentro de las diferentes situaciones económicas, encontramos uno de los países que mejor aguanta el temporal. Con apenas 7 millones de personas, Holanda, la zona más poblada de los Países Bajos, es uno de los Estados más desarrollados. Ya en 2008 estaba situada en el noveno lugar en el Índice de Desarrollo Humano que publica Naciones Unidas.
Si hablamos de desempleo, parece ser que Holanda es la panacea del trabajo. Solo un 4,4% de holandeses se encuentran hoy sin empleo, con la tasa juvenil más baja de la Unión Europea, un 7,5% y con un desempleo equitativo entre hombres y mujeres, lejos del 21% de paro de España y el 45% juvenil.
Si hablamos en términos de Deuda y Déficit, Holanda tuvo el pasado año un déficit del 5,10% y una deuda del 62,9% sobre el PIB, mientras que la española fue similar, 61%, pero con un déficit disparado hasta el 9,3% sobre el PIB. Observando estas cifras, cabría preguntarse ¿Holanda es el paraíso, el lugar donde vivir sin sobresaltos económicos?
Desempleo del 9,10%, 8,80% y 7,5% respecto a 2009, 2010 y 2011
Desde que comenzó la crisis, el desempleo apenas creció y con el paso de los años ha llegado a bajar casi dos puntos mientras que en España el número de desempleados ha pasado de los dos millones de 2008 hasta los más de 4 actuales con más de un millón de familias con todos sus miembros en paro y un desempleo juvenil que afecta casi a la mitad de los jóvenes de menos de 25 años.
Según datos oficiales, el pico máximo de porcentaje de desempleo alcanzado por Holanda fue de apenas un 9%, una tasa que muchos países quisieran tener incluso en momentos de bonanza económica. Además, en los últimos meses de 2011 esas cifras están volviendo a disminuir.
Según diferentes expertos consultados, Holanda ha tenido características propias: a las personas mayores les resulta económicamente atractivo seguir trabajando, las mujeres suelen desarrollar su actividad laboral en sectores en crecimiento, como la atención sanitaria y cuando explotó la crisis en 2008, el número de ofertas de empleo en Holanda era elevada.
Incluso había empresas con serias dificultades para cubrir sus ofertas. En el segundo trimestre de 2010 se contabilizaron más de 7,8 millones de puestos de trabajo para asalariados, tan solo 81.000 puestos menos que en el mismo trimestre de 2009.
Cuando la crisis fue estableciéndose en toda la UE, estas ofertas fueron desapareciendo y las empresas holandesas no tuvieron que recurrir al despido si no que se adaptaron a sus necesidades gracias a su personal interno y a la reducción de las horas de trabajo, en cumplimiento de la normativa de Desempleo Parcial que entró en vigor en los primeros meses de 2009.
Holanda es un país conocido por ser políticamente estable y gozar de una política financiera solvente. Es una de las economías más abiertas del mundo y se sitúa entre los 5 mayores exportadores a escala internacional.
Unas tres cuartas partes de la población trabaja en el sector terciario, otro cuarto se dedica al sector industrial y solo un 4 % de los trabajadores está empleado en la agricultura. Pese a esta cifra, los Países Bajos son un importante exportador de productos agrícolas y hortícolas.
Entre las grandes empresas holandesas, podemos mencionar Shell, Unilever, Akzo Nobel, Philips, Aegon, ING Group, Rabobank, Heineken, TNT o Randstad.
El paro por regiones y edades en Holanda
En cifras totales y debido a la crisis económica Holanda aumentó su tasa de desempleo del 4,8% al 5,4%, aunque la cifra sigue bajando –ahora está en el 4,4%- e incluso provincias como Drenthe y Overijssel no han sufrido desempleo alguno, una cifra que sin duda soñaría cualquier municipio español.
El crecimiento más dramático se realizó en el sur, alcanzando casi el 6% (5.9%). La tasa más alta se registró en Groningen (6,8%) y Flevoland, con un 6,5 %.
Sin embargo, la tasa de desempleo en las cuatro principales ciudades de los Países Bajos está por encima del promedio nacional debido, entre otros, a una mayor concentración de la población. Rotterdam lidera la clasificación con un 8.8%, Amsterdam un 6.6% y La Haya un 6.8% siendo Utrecht con un 5.2% la ciudad con mejores perspectivas en Holanda.
Está claro que el desempleo entre jóvenes de 15 a 25 años de edad aumenta rápidamente en tiempos de recesión económica. Sin embargo entre 2009 y 2010 el desempleo juvenil se redujo en el norte y el sur de los Países Bajos. En el norte pasó del 13.6% al 12,2% y en el sur, apenas 11 jóvenes menores de 25 años de cada 100 no tenían empleo.
«La legislación laboral en España no es flexible»
Isabel Giménez, Directora General de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros de Valencia, nos habla de la principal diferencia entre el número de desempleados de España y Holanda, «en Holanda el desempleo estacional se aborda mediante contratos temporales pero se ven complementados con un Estado del Bienestar consolidado, cosa que no ocurre en España».
Para Giménez, «la mano de obra de jóvenes en Holanda, como la del resto de países nórdicos está muy cualificada y el mercado de trabajo holandés estaba muy bien dimensionado antes de la crisis, con apenas desempleo» y defiende que en Holanda como en otros países más al norte de la UE, «no conocen el desempleo estructural» como el que sufre España.
Los diferentes modelos de mercado de trabajo en Europa se corresponden con diferentes culturas, y posicionan a las empresas, y por ende, a cada economía en un nivel de competitividad, «la convergencia es necesaria para reforzar un modelo de Unión Económica y Monetaria que ahora se está tambaleando. La globalización y el progresivo avance del sector servicios también suponen impulsos añadidos a la convergencia de las relaciones laborales».
Concepto flexicurity
Holanda practica el concepto flexicurity de los países nórdicos, lo que la ha situado entre los cinco países mas competitivos del mundo, fomentando que el talento sea bien retribuido y que los mejores no dejen de trabajar por resultarles complicado compatibilizar la vida laboral con la vida personal, como es el caso de numerosas mujeres en determinadas etapas de su carrera profesional, por tener que hacerse cargo de familiares (niños y ancianos).
La flexicurity nórdica global se estructura a partir de un elevado nivel de seguridad social, políticas activas de empleo (para evitar el desempleo de alta duración) y los sindicatos, que durante los últimos 20 años han descentralizado la toma de decisiones, firmando acuerdos individuales (no sectoriales) sobre las condiciones laborales específicas de cada empresa, fomentando la flexibilidad y las especificidades locales. Estos acuerdos complementan al denominado «Acuerdo de Cooperación» suscrito hace 50 años.
Isabel Giménez defiende la idea de que la legislación laboral española está diseñada para la economía de los años 80, basada en fábricas con un número de trabajadores superior al tamaño medio actual de las pymes.
El tejido empresarial español en la actualidad está conformado, en su mayoría por pymes (atomizadas) que requieren flexibilidad, «además la legislación laboral en España no es flexible. Resulta más fácil despedir que flexibilizar internamente las relaciones con un trabajador válido».
Hay que potenciar el trabajo a tiempo parcial y la conciliación, de manera que no se retiren del mercado de trabajo las personas con más talento. Pasar de la «presencia» a la «eficiencia» es otra de las ideas que defiende para poder equipararnos a países más prósperos como Holanda.
Si comparamos, Holanda y España presentan semejanzas en sus datos estáticos de déficit y deuda, «ahora bien, el diferente grado de impacto de la crisis actual y la diferente carga de prestaciones sociales (principalmente, de desempleo y pensiones) que suponen las cifras de paro españolas hacen previsible que en los próximos años las cifras macroeconómicas presenten grandes disparidades», asegura, «estas diferencias dificultarán la sostenibilidad del estado del bienestar en España.
Mientras «hay países que fomentan y protegen las empresas, los puestos de trabajo... y toman buenas medidas para desincentivar el desempleo de larga duración», uno de los grandes problemas de España.