En Holanda se inaugura el curso político el tercer martes de septiembre con una sesión solemne y tradicional a la que han llegado el rey Guillermo y su esposa Máxima en una carroza dorada.
También era dorado el vestido largo de la reina que ha escuchado cómo en el discurso que pronunciaba su esposo éste señalaba que para el Gobierno «el clásico estado del bienestar» se está transformando en una «sociedad participativa» en la que los ciudadanos deben aumentar la responsabilidad sobre sus propias vidas.
El discurso que lee el rey este día contiene los planes del Gobierno para el próximo año. Un presupuesto con 6 mil millones de euros de recortes que el ministro de Hacienda, Jeroen Dijsselbloem que también es presidente del eurogrupo, presentó a continuación a la cámara de representantes en un maletín dorado.
El déficit en 2014 será del 3,3 por ciento del producto Interior bruto (PIB), por encima del déficit marcado por la UE.
Los nuevos recortes se suman a los 46.000 millones de euros de ajustes desde 2010. La sanidad, las pensiones y el mercado inmobiliario necesitan reformas ha dicho el rey.
El paro se prevé que llegue el año próximo hasta el 7,5 por ciento de la población activa y el poder adquisitivo de los holandeses que baje en un 0,5 por ciento.
La única nota un poco optimista ha sido una alusión a «señales prudentes» de salida de la crisis por lo que se han reservado «varios miles de millones» para proyectos de inversión en sectores como la educación o la construcción.