Angela Merkel, ha dicho que la fragmentación de los mercados financieros y el diferencial de los créditos entre los países del norte y del sur es «la gran barrera» para la creación de empleo. La canciller alemana, ha asegurado que con el encuentro ha «aumentado la presión» sobre todos los organismos implicados en la lucha contra el paro, porque ha levantado «expectativas» entre la población. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso ha ido más allá y ha dicho que «Europa es la solución».
La ministra de Empleo de España, Fátima Báñez, ha propuesto en la Cumbre fomentar la «movilidad laboral transfronteriza», mejorando la cooperación entre los servicios públicos de empleo a nivel europeo. A nivel nacional, Báñez ha asegurado que la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, financiada en parte con fondos europeos, «ya ha permitido beneficiarse de incentivos a más de 60.000 jóvenes en sólo cuatro meses», desde su aprobación a finales de febrero. En ese sentido Alemania ha señalado que el fondo de 6.000 millones, aprobados la semana pasada en la Cumbre de Bruselas, «podrá usarse también para bonificaciones salariales». España estudia desgravar hasta el 100 por cien de las cotizaciones sociales a las empresas que contraten jóvenes.
La cumbre, - la Comisión Europea prefiere llamarle mesa redonda-, ha sido criticada por muchos analistas, que ven más un acto electoral de Alemania, que un intento de luchar eficazmente contra el paro juvenil. Algunos critican que ante la cita electoral de septiembre, Merkel ha querido dar una imagen de suavidad para demostrar al electorado su disposición para ayudar al problema del desempleo en los países del sur de Europa. Por cierto, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se ha mostrado más preocupado por apoyar la candidatura de Madrid 2020 que en acabar la reunión de Berlín. Rajoy ni siquiera se ha quedado a la foto de familia y ha volado hasta Lausanne.