Por primera vez en Alemania una exposición plantea la popularidad de Hitler entre la población, el apoyo masivo para llevarle al poder y a la destrucción. El Museo de Historia de Berlín expone mil objetos, fotos y vídeos del Tercer Reich en Hitler y los alemanes. Nación y crimen.

La muestra quiere reflejar el culto al dictador por parte de todos los sectores de la población alemana de la época. El comisario de la exposición, Hans-Ulrich Thamer, explica que «el aura carismática que se creó en torno a su figura se debió a las expectativas que depositó en él la población en un momento en el que Alemania atravesaba una profunda crisis económica en el período de entreguerras».

Pero también se pretende que las nuevas generaciones de alemanes conozcan el régimen de terror que creó el nazismo y las políticas de exterminio y expansión que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. «La población buscaba un chivo expiatorio al que pudiera echar la culpa de su miseria, lo que también les ofreció Hitler, estigmatizando a judíos, izquierdistas y luego a gitanos, homosexuales y otros grupos considerados como extraños a la sociedad», dice Hans-Ulrich Thamer.

Didáctica e ilustrativa, la muestra expone uniformes de las SS, uno de ellos fabricado por Hugo Boss, carteles propagandísticos, objetos de la época en los que la esvástica aparece hasta en paquetes de tabaco y el prototipo de Volkswagen que el fabricante Ferdinand Porsche regaló a Hitler por su cumpleaños.

Se ha criticado a los organizadores que la exposición pueda convertirse en un centro de peregrinaje de neonazis. El comisario señala que no se trata a Hitler como a un héroe, sino desde una distancia crítica.