La inclusión de Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas supone un giro importante en la política exterior de los 28, un cambio largamente demandado por EEUU, Reino Unido e Israel. A partir de la decisión tomada hoy - por unanimidad- entre otras medidas de exclusión y control, Hezbolá no podrá utilizar los activos que posea su facción militar en territorio comunitario, si bien no siempre es fácil determinar qué activos son de una u otra rama dentro del conjunto de la organización.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha manifestado su esperanza de que la decisión comporte «medidas reales»; subrayando que Israel «no diferencia entre los brazos armado y político de Hezbolá».
El primer ministro libanés, Nayib Mikati, ha lamentado la decisión y su ministro de Exteriores, Adnan Mansur, la ha calificado de «apresurada». Lo sea o no, en pocos días dos hechos han influido en este cambio estratégico: el apoyo explícito de Hezbolá al régimen de Bachar el Asad en Siria, y las últimas informaciones de EEUU sobre la relación de Hezbolá en el atentado suicida de Burgas, Bulgaria, hace ahora un año, el 18 de julio de 2012.
El presidente de Bulgaria, Rosen Plevneliev, en un comunicado emitido en Sofía, ha saludado esta decisión dentro de las medidas de seguridad encaminadas a proteger a los ciudadanos europeos. El ministro británico de Exteriores, William Hague, a su llegada al Consejo en Bruselas, donde presentaba esta propuesta, decía: «Cuando un ataque terrorista se produce en suelo europeo tiene que haber consecuencias. Europa tiene que reconocerlo y hacerle frente»
Además del atentado en Bulgaria, Hezbolá está acusada de haber planeado un ataque contra los intereses israelíes en Chipre. En España, el ministro de Exteriores, Juan Manuel García Margallo, considera que el ministerio de Defensa deberá adoptar «las precauciones que considere oportunas» respecto a las tropas españolas en Líbano, ante la posibilidad de un aumento de la tensión en la zona.
En rueda de prensa posterior, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, ha destacado el compromiso de todos «con la estabilidad, soberanía, unidad y la paz en Líbano».
Expertos europeos trabajan en las actas legales que respaldarán el acuerdo, por lo que el documento consensuado aún no se ha hecho público. El jueves por la mañana y una vez que Suecia haya sometido la decisión a un trámite institucional nacional, el acuerdo será respaldado por el Consejo de la UE por procedimiento escrito. Se espera su publicación en el Diario Oficial de la UE el viernes.
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