Se llama «segundo intercalar» y es una medida del Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS) que permite a los relojes atómicos ofrecer una medida exacta del tiempo. La rotación de la Tierra no es tan precisa como esos artilugios y en algunos días se pierde o gana una mínima fracción del tiempo que se ajusta de vez en cuando.
La Tierra se desacelera 0,002 segundos en cada vuelta sobre su eje, lo que quiere decir que aproximadamente cada año y medio se pierde ese segundo que recuperamos ahora. Desde 1972, cuando se introdujo por primera vez la medida, se han añadido ya 34 segundos al Tiempo Universal Coordinado (UTC), con permanente polémica sobre su oportunidad.
Mantener el «segundo intercalar» es objeto de controversia y la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo de las Naciones Unidas que regula las cuestiones relacionadas con el tiempo, ha acordado aplazar hasta 2015 la decisión de suprimirlo o mantenerlo, hasta que haya unanimidad entre los países sobre las consecuencias que puede tener a largo plazo para la medición del tiempo.
Ente las opciones posibles está también retroceder al reloj una hora cuando la variación haya acumulado un retraso de media hora. Según algunos cálculos, eso ocurriría en 2600.