Zaha Hadid es la arquitecta más famosa del mundo que, además de edificios sinuosos y futuristas, crea singulares objetos cotidianos, desde una mesa a unos zapatos. «Me interesa la moda porque te da una idea de qué será lo siguiente; es mucho mas rápida que la arquitectura».
«Es interesante ver como la gente piensa en ese determinado momento según su forma de vestir», declara esta controvertida profesional, cuya firma hemos visto estampada en el Aquatics Center de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en otros grandes edificios de formas casi inimaginables, que consigue gracias a los grandes avances tecnológicos que utiliza su estudio en Londres.
De origen iraquí, pero afincada en el Reino Unido, Zaha Hadid (Bagdag, 1950) se convirtió en 2004 en la primera mujer galardonada con el Premio Pritzker de Arquitectura, un «título» que no le ha impedido ampliar su abanico de diseños al interiorismo y a la moda, con creaciones como el bolso Eolia, para la firma Luois Vuitton, o los zapatos «Melissa».
Estos días ha visitado Madrid con motivo de la inauguración de la exposición «Zaha Hadid. Beyond Boundaries, Art and Design», que se muestra hasta el 3 de noviembre en la galería Ivorypress, fundada por Elena Ochoa Foster, esposa de uno de los más prestigiosos y conocidos arquitectos, Sir Norman Foster.
Allí, entre algunas de sus obras artísticas y sentada frente a su pieza de mobiliario más famosa, la Liquid Glacial Table, recordó sus años de estudiante en Londres, y lo que entonces significaba la indumentaria. «Todo el mundo se intentaba vestir como una forma de identificarse. La idea de la moda es interesante por las costumbres, por la vida en la calle», prosigue esta mujer de fuerte carácter y personalidad, calificada como «arquitecta estrella».