Las restricciones se impusieron en noviembre de 2006 tras descubrirse en Reino Unido un plan terrorista para hacer estallar a siete aviones cuando estaban en vuelo entre Londres y Estados Unidos utilizando explosivos líquidos. Desde entonces cada pasajero podía llevar en su equipaje de mano envases de 100 mililitros de líquidos, cremas o geles en una bolsa transparente de un litro de capacidad. De esta forma si un pasajero compraba en un aeropuerto de tránsito algún producto en el duty-free tenía que abandonarlo antes de volver al avión.
Ha pasado el tiempo que se marcó como límite y países como Reino Unido , Francia o Italia han dicho que no van a levantar las restricciones. Ante el desconcierto que podría significar que unos aeropuertos permitan los líquidos y otros no la Comisión Europea aconseja que se mantengan hasta 2013.