El campo de batalla estaba preparado. Bajo un cielo nublado, han vuelto a sonar los cañones y los soldados de infantería han marcahdo al sonido del tambor. Napoleón, un abogado parisino de 46 años, subido sobre su caballo da orden de comenzar la batalla. La mayoría han tenido que memorizar las órdenes dadas en francés o alemán. Palabras tan básicas como «tiren», «fuego». En total han participado unas 6.000 personas de 28 países, la mayoría son hombres, pero también aparecen mujeres que abastecen a la tropa
Enfrentado a Napoléon está Wolfgang Horak, un vienés de 43 años que representa a un oficial de alto rango del imperio austrohúngaro. Todos coinciden en que participan en la reconstrucción de esta batalla en «un espíritu de amistad y de búsqueda de la paz». Poco antes de comenzar, Frank Samson, que encarna a Napoleón, recuerda que «ese es un mensaje de fraternidad».
Las guerras de liberación contra las tropas de Napoleón culminaron en la batalla de las naciones a las puertas de la ciudad de Leipzig, en el otoño de 1813. Del 16 al 19 de octubre, las tropas aliadas de Austria, Prusia, Rusia y Suecia infligieron una derrota decisiva sobre el ejército francés y terminó la dominación de Napoleón sobre Europa. Los representantes políticos de unos 200 estados europeos, empresas, dominios, y las ciudades redefinieron el equilibrio de poder en el continente en el Congreso de Viena de 1814 a 1815. Contrariamente a lo que ocurrió en la época, los representantes de 28 países han acampado pacíficamente durante el fin de semana. «La Batalla de las Naciones cerca de Leipzig, es recordada como la mayor batalla de la historia mundial hasta principios del siglo XX. 100 años después comenzaba la Primera Guerra Mundial.