«La pesca de arrastre de profundidad esquilma a su paso corales de aguas frías, especies que desconocemos, tiburones de profundidad, todo es capturado o destrozado a su paso. Sin embargo como no todo esto se come, se tira por la borda muerto o moribundo entre el 20 y el 60% de lo capturado», dice Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.
Ojeda ha denunciado este viernes en A Coruña, que las actuales políticas pesqueras de la UE están favoreciendo a las grandes flotas industriales en detrimento de la pesca artesanal y local.
Según datos de Greenpeace, entre 1996 y 2010 la pesca de arrastre de profundidad ha recibido unos 142 millones de euros a pesar de generar solo un 5,94 % del empleo. De esa cantidad, España ha recibido el 44% de las ayudas, entre 2000 y 2006; y cerca del 26%, entre 2007 y 2013. Un dinero que mayoritariamente ha ido a las grandes flotas y no a los pequeños barcos de bajura.
La organización ecologista solicita a los estados miembros de la UE y al Parlamento Europeo una reforma de la Política Pesquera Común que contemple la reducción del exceso de capacidad, dando prioridad al desguace urgente de los barcos más destructivos para los ecosistemas y poblaciones y la eliminación de las prácticas pesqueras con numerosas capturas accesorias como la pesca de arrastre de profundidad.
Piden además una reforma en la política de subvenciones para garantizar que las inversiones sirvan para restablecer y mantener los recursos pesqueros y la salud de los ecosistemas marinos.