Con motivo de la visita al país heleno desde el pasado fin de semana, de los inspectores internacionales que realizan su evaluación trimestral de las reformas impuestas al país en contraprestación al plan de rescate, Grecia se moviliza desde ayer en dos jornadas de huelga. Del veredicto de los inspectores dependerá el desembolso de un nuevo tramo de ayudas por valor de 1.000 millones de euros.
El parón, convocado por los sindicatos, ha sido secundado por distintos colectivos: profesores, médicos, funcionarios municipales, trabajadores ferroviarios y conductores de autobús, entre otros. También han cerrado las escuelas y se han visto afectados los vuelos, en los principales aeropuertos del país.
En un comunicado remitido por los trabajadores portuarios se afirma que «el Gobierno y la troika están destruyendo este país. Trabajadores, pensionistas y parados viven una pesadilla sin fin». Los sindicatos se quejan de los despidos en el sector público, las privatizaciones y los recortes de salarios, y especulan con que haya un nuevo paquete de medidas que les exige más esfuerzos a cambio del rescate de la «troika». Evangelina Alexaki, empleada de limpieza despedida de su trabajo en el Ministerio de Finanzas, en el que cobraba un sueldo de 500 euros mensuales, expresa su indignación diciendo que «nos echan a la calle, así nada más».
Las protestas se dirigen principalmente contra el plan del Gobierno de incluir a unos 25.000 funcionarios hasta finales de año en el Esquema de movilidad laboral, un plan que prevé el traslado forzoso o el despido de los afectados en un plazo de ocho meses después de haber recibido el aviso.
Los trabajadores cobrarían el 75% de su sueldo durante este periodo, al cabo del cual podría ser trasladado a otro puesto en el que haya vacantes, o ser despedido si no se le encuentra utilidad.
Para esta tarde hay convocada una manifestación que recorrerá las calles de Atenas hasta la conocida plaza Syntagma, epicentro de los disturbios y manifestaciones que ya han tenido lugar en el país heleno en el pasado.
El lema del sindicato de funcionarios ADEDY, emitido en un comunicado reza «Unidos los podemos parar, podemos derrocarlos», en clara referencia a la posición de lucha frente a la implementación de recortes y reformas por parte del gobierno griego prescritas por la «troika». Esta es la quinta huelga general convocada en Grecia desde el comienzo de la crisis y su entrada en recesión económica, hace ya seis años.
También desde el lunes, la Universidad de Atenas y la Universidad Politécnica convocaron una huelga de cinco días para protestar contra los recortes de personal. Danae Karydi, estudiante de la Politécnica, expresaba su preocupación afirmando que «estoy en peligro de no graduarme si estas medidas pasan finalmente. No podré continuar con mis estudios. Si los despidos se realizan y tenemos que pagar la matrícula, no podré continuar mis estudios. De todos modos, ya tenemos muchas dificultades tal y como están las cosas».
El propio Primer Ministro griego, Antonis Samaras, ha rechazado más recortes de salarios y pensiones o subidas de impuestos para compensar el agujero fiscal. En una entrevista televisada ayer, Samaras afirmó que «la sociedad no puede con ello, la economía no puede con ello y ni siquiera son medidas necesarias en la actual situación financiera del país».