«Grecia asume la presidencia de la UE con un fuerte sentido de responsabilidad hacia sus socios y todos los ciudadanos europeos. Los próximos seis meses serán un hito no sólo para Grecia, que está en camino de salir de la crisis gracias a los duros sacrificios del pueblo griego, sino también para la Unión en su conjunto».
Un reto, efectivamente. Muchos ponen en duda su capacidad para coordinar los trabajos de la Unión cuando sus líderes deben dedicar todas sus energías a resolver los graves problemas económicos, sociales y políticos que acucian al país inmerso en su sexto año consecutivo de recesión. Según la Comisión Europea la economía griega se contraerá en 2014.
Grecia sabe muy bien como van a ser los próximos seis meses, es la quinta vez que ostenta la presidencia semestral de la UE, aunque esta vez debe afrontar el reto de las elecciones europeas que se realizarán durante su presidencia a finales de mayo.
Con un presupuesto de menos de 50 millones de euros -que pretende no agotar- ha programado 134 reuniones, 14 de ellas a nivel ministerial y ni un solo gasto superfluo.
Todas las reuniones tendrán lugar en Atenas, los vehículos oficiales los va a prestar un constructor de automóviles y ha eliminado el tradicional regalo de corbatas y fulares, que hacen todas las presidencias. Como mucho «bolígrafos y cuadernos» ha dicho el ministro griego de Asuntos Europeos, Dimitris Kourkoulas.
Las prioridades de Grecia para su presidencia están en los problemas que aquejan a los países del sur de la Unión que ha dividido en cuatro apartados
Crecimiento, trabajo, cohesión
La prioridad fundamental para Grecia es el empleo y el crecimiento «que están estructural e inextricablemente» conectados. El objetivo principal es continuar con la consolidación fiscal a la vez que se pone en marcha un programa de incentivación del crecimiento y el empleo a través de un programa europeo de inversión de la mano del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para proyectos de las PYME, infraestructura básica, energía y clima, con el apoyo del Banco Central Europeo (BCE).
Mayor integración de la UE y la Eurozona
Grecia considera que las prioridades para las próximas presidencias de la UE pasan por la lucha contra la crisis financiera y económica en la zona euro a la vez que se completa la Unión Económica y Monetaria (UEM). El principal objetivo es salvaguardar la estabilidad del euro y la coordinación de las políticas fiscales y económicas de los Estados miembros.
Promoción de la Unión Bancaria, fundamental para el mejor funcionamiento de la UEM y el incremento de la confianza en la economía europea.
Acuerdo sobre los principios de los marcos de integración económica y presupuestaria y un refuerzo para mejorar las sinergias entre los estados miembros en materia de crecimiento. Solucionar, entre otros el coste de los créditos tan diferente entre países y tan caro para las PYME de los Estados con mayores problemas económicos.
Grecia pretende hacer especial hincapié en la dimensión social de la UEM.
Migraciones y fronteras
La presidencia griega quiere aliviar la carga de los flujos de inmigración que sobrellevan los países de la Unión con fronteras exteriores como la propia Grecia, Italia, España, Chipre o Malta. Un problema difícil de resolver pero que se podría suavizar aprovechando mejor las medidas que impulsa la Comisión Europea.
Política marítima
Una política marítima integrada es fundamental para los países mediterráneos con medidas que abarquen desde la explotación pesquera a la energética o a la seguridad. «El mar es una zona de privilegio en términos de crecimiento y de acción para Grecia, y es una fuente inagotable de crecimiento y prosperidad para el conjunto de Europa», dijo el ministro de Asuntos de Exteriores, Evangelos Venizelos al presentar las prioridades de la presidencia griega de la UE al Consejo de Ministros.
Grecia cuenta con sentar las bases de su programa y que Italia, otro país del sur y con problemas, que será el siguiente en asumir la presidencia en el segundo semestre de 2014, lo continúe.