En un dramático mensaje televisado a la nación, Papademos ha dicho que «es esto o el caos». Ha argumentado que lo que se está exigiendo ahora a Grecia es el ajuste que se debería haber hecho hace muchos años y que el acuerdo alcanzado con la troika (CE, BCE,FMI) «protege el futuro del país y estable las bases para superar la actual crisis económica».
A quienes creen que ante la dureza del ajuste sería mejor la bancarrota de Grecia, el primer ministro les dice que están equivocados o hacen demagogia: «una quiebra desordenada lanzaría a Grecia a una desastrosa aventura. Las circunstancias crearían un caos económico y la explosión social sería incontrolable».
Papademos ha hecho un llamamiento al patriotismo griego, «no para tomar las armas, sino para estar unidos a la hora de tomar decisiones difíciles necesarias para la salvación del país. Vamos a defender nuestra posición en el euro y en Europa».
Su mensaje cerraba en la noche del sábado el segundo día de huelga general en Grecia contra las medidas de austeridad acordadas con la UE y el FMI, que incluyen 15.000 despidos de funcionarios, un recorte de gasto público de3.000 millones de euros y la rebaja del salario mínimo. La contrapartida será un segundo plan de ayuda financiera por valor de 130.000 millones de euros que ayudará a paliar el desproporcionado gasto que Grecia tiene que hacer para hacer frente a los vencimientos de su deuda.
Grecia lleva haciendo recortes y promesas de más recortes a Europa desde hace dos años, que ha incumplido una y otra vez. Los ministros de Finanzas de la eurozona ya no se fían y quieren un compromiso definitivo que garantice la adopción firme y transparente de las medidas de austeridad, gane quien gane las elecciones de abril. Por eso, el Eurogrupo pospuso su decisión sobre la firma del rescate hasta que el Parlamento griego se pronuncie esta noche sobre el paquete acordado.
A los diputados se les preguntará por tres cuestiones: la condonación de la deuda por la banca privada, la recapitalización bancaria y las medidas de ajuste que exige la troika a cambio del préstamo. Una veintena de diputados del PASOK ya han anunciado que votarán en contra igual que los ultraderechistas que forman parte del actual gobierno de coalición. Sin embargo, los socialistas y los conservadores de Nueva Democracia cuentan con una mayoría holgada de unos 200 escaños en una Cámara de 300.